On This Day in Film History: Ridley Scott’s scifi classic Blade Runner was released 25 June 1982, making us suspiciously eye our friends and wonder who among us are replicants.
Al Borde del Spoiler: El Hombre en el Castillo (2015).
La serie de Tv producida por Amazon «El hombre en el castillo», está libremente basada en la novela homónima de Philip K. Dick. La serie parte de la misma premisa que el libro: Franklin D. Roosevelt muere asesinado por Giuseppe Zangara en 1933 y esto es determinante para que las Potencias del Eje ganen la Segunda Guerra Mundial.
La serie trata de cosas como realidades paralelas, tema favoritos de Dick, y de cómo la capacidad que tenemos cada uno de nosotros en creer en lo que queremos puede afectar a nuestro destino y al destino del mundo. Pero también trata de cómo las decisiones individuales de cada persona le hacen ser quien es.
Estados Unidos según imaginó para la novela “El Hombre en el Castillo” Philip K. Dick en 1962.

El hombre en el castillo (The Man in the High Castle) es una novela ucrónica de Philip K. Dick publicada en 1962. La novela transcurre en los Estados Unidos, 15 años después de que las fuerzas del Eje hayan derrotado a los aliados en la Segunda Guerra Mundial. En este mundo alternativo, el antiguo territorio de los Estados Unidos ha sido dividido en tres partes, ocupando su costa este, fuerzas alemanas y la costa oeste, fuerzas japonesas, ubicándose en medio una franja de estados autónomos.

Si bien no es la primera obra que trata una versión alternativa de la historia, esta novela prácticamente definió este género de literatura. Ganó un premio Hugo y ayudó a Dick a convertirse en uno de los más conocidos escritores de ciencia ficción de su tiempo. Dentro de sus novelas, es una de las más centradas en los personajes, y prácticamente no trata con temas clásicos de la ciencia ficción que inundan sus otras novelas.
En la trama muchos de los personajes de “El hombre en el castillo” han leído un libro ficticio llamado “La langosta se ha posado”, de Hawthorne Abdensen, que muestra un mundo alternativo en donde el Eje perdió la guerra. Aunque similar a la historia real, en los hechos el mundo de “La langostas se ha posado” es un tercer escenario.
Dick afimó que escribió “El hombre en el castillo” usando el antiguo texto chino “I Ching” (también llamado “El libro de los cambios”) para decidir qué rumbo tomaba el argumento. Incluso culpó al libro de ciertos detalles del argumento que personalmente no le convencían.
First Spaceship on Venus, German: Der schweigende Stern (en: The Silent Star), Polish: Milcząca Gwiazda, is a 1960 East German/Polish film directed by Kurt Maetzig and based on the novel The Astronauts by Stanisław Lem. The film is also known as Planet of the Dead, Silent Star and Spaceship Venus Does Not Reply
A much shortened 1962 Crown International Pictures English dubbed release in the USA used the name First Spaceship on Venus where it was double billed with Varan the Unbelievable. Lem disowned the movie.
Al Borde del Spoiler: Destino espacial: Venus (1959) Kurt Maetzig
Película de culto del cine de ciencia-ficción alemán (de la extinta RDA), basada en una novela de Stanislaw Lem, “Los astronautas”. El autor de “Solaris” aparta aquí sus trascendencias filosóficas, resultando un film más parecido al cine de Serie B estadounidense de los años cincuenta.
Como base para el guion de esta prestigiosa coproducción se tomó “Los astronautas”, la primera novela de Stanisław Lem, publicada en 1951. El nombre del escritor era sin duda el mayor atractivo de este primer intento de colaboración en un proyecto tan atípico para los países socialistas: una película sobre un viaje a otro planeta.
Además, el tema de Astronautas era muy bueno desde el punto de vista de las reglas del género. El primer vuelo espacial tripulado a Venus contado por Lem cumplía perfectamente los postulados de la primera producción cinematográfica de CiFi en Polonia. La película se rodó en las instalaciones de la compañía DEFA en Babelsberg, cerca de Berlín, y en las proximidades de Zakopane. Se estrenó el 7 de marzo de 1960.

Los autores de la película trasladan la historia del año 2003 al más cercano 1970. La economía socialista está triunfando, llevando la civilización hasta las más inhóspitas regiones del país; entre los países socialistas se desarrolla una colaboración internacional que ha permitido establecer bases espaciales permanentes en la Luna.
Durante unas obras en Siberia se descubre un fragmento de un metal desconocido para la humanidad, resultando ser restos del meteorito que cayó en Tunguska en 1908. Equipos de científicos y cerebros electrónicos, después de calcular la trayectoria del vuelo del meteorito, llegan a la conclusión de que se trata de los restos de una nave cósmica procedente de Venus que se estrelló contra nuestro planeta.
Por tanto, se toma la decisión de emprender el primer vuelo tripulado extraplanetario a dicho planeta. La tripulación de la nave Kosmokrator está compuesta por representantes de Japón, EE.UU., Polonia, URSS, India, Alemania, China y un país africano. Los astronautas esperan descubrir una civilización altamente desarrollada y floreciente, pero lo único que encuentran al llegar a Venus es un montón de escombros radioactivos ennegrecidos. Los habitantes de Venus querían invadir la Tierra, pero gastaron antes todo su armamento en un combate fratricida.

Kurt Maetzig, uno de los directores de cine más importantes de la República Democrática Alemana de aquella época, destilaba una calidad directamente proporcional a los éxitos de la cinematografía de su país, artificialmente construido después de la II Guerra Mundial. En vez de dirigir bien a los actores, Maetzig puso delante de la cámara a unos monigotes construidos a base de ideas grandilocuentes bañadas en una salsa moralizadora difícil de tragar.
Los personajes carecen de vida y energía, sin mencionar su falta de humor y de autoironía. La más sosa es Yoko Tani, quien interpreta el personaje de una atractiva doctora japonesa, siempre con expresión afligida, huella dejada por los sucesos traumáticos de Hiroshima y de la muerte de su esposo en la Luna. La actuación en Estrella silenciosa es una muestra clásica de lo que en la época socialista se llamaba un “homenaje con actuación artística”.
Por culpa de tal dirección, al público le deja de importar si los protagonistas volverán de Venus vivos o no. Por suerte, en esta producción internacional participó sólo un actor polaco, Ignacy Machowski, en el papel del ingeniero de a bordo. A parte de él, aparece una actriz polaca, Lucyna Winnicka, en el papel secundario de una periodista de la televisión Interwizja.
La parte visual de la película es un verdadero museo de la imaginación de CF y confirma la regla de que la escenografía de las películas de CiFi envejece tanto más rápido cuanto más moderna quiere parecer. Para un espectador contemporáneo la imagen del interior de Kosmokrator resulta tan anticuada que le cuesta contener la sonrisa; el cerebro electrónico de la nave, llamado Marax, puede realizar la vertiginosa cantidad de 5 millones de operaciones por segundo; los equipos de a bordo son unos aparatos llenos de lucecitas centelleantes y pantallas en las que se proyectan unas fórmulas abstractas; y en una de las escenas observamos el estado de ingravidez, aunque, por desgracia, los cinturones de seguridad están colgados de unos hilos claramente visibles. No obstante, hay que recordar que «Estrella Silenciosa» fue la primera película de CiFi en la cinematografía polaca.

Poniéndonos en el lugar del espectador de hace más de 50 años hay que reconocer que la visión del gran escenógrafo polaco, Anatol Radzinowicz (y su compañero alemán, Alfred Hirchmeier) tenía que impresionar, y mucho. Los paisajes venusianos y las extrañas construcciones sobre la superficie del planeta destruido suponían en aquella época un logro importante, igual que los interiores de Kosmokrator.
Ahora nadie se imagina así la escenografía de una película de Cfii, pero para que esto pueda ser así hoy el género tuvo que madurar, precisamente gracias a este tipo de intentos de los cineastas de las décadas pasadas. Por otro lado, comparando la parte visual de «Estrella Silenciosa» con la de la serie Star Trek, cuyo rodaje empezó en los EE.UU. cinco años más tarde, podemos llegar a la conclusión de que a nuestros artistas no les faltó imaginación y, a pesar de la situación de retraso en el progreso social los conceptos escenográficos a ambos lados del Telón de Acero a veces se parecían mucho.

Los efectos especiales en «Estrella Silenciosa» eran bastante avanzados para aquella época y sus posibilidades técnicas. La combinación óptica de las fotografías de maquetas con las tomas reales se realizó de una manera perfecta, aunque la utilización de los decorados en miniatura conduce a un efecto muy ingenuo y poco creíble.
Los efectos especiales elaborados por Wah Chang y Gene Warren para la película «La máquina del tiempo«, que se rodó en el mismo año y por la que sus creadores obtuvieron un Oscar, no parecen más avanzados. Algunos críticos norteamericanos escribieron incluso que «Estrella Silenciosa» fue la película de CiFi con el mejor aspecto visual producida fuera de Hollywood.
Pero, esas críticas fueron escritas después de ver la versión estadounidense de la película, que fue titulada “First Spaceship on Venus”. Los estadounidenses, como es costumbre en ellos, acortaron la película germano-polaca, la volvieron a montar, cambiaron la música, a la mayoría de los miembros de la tripulación les cambiaron la nacionalidad por la estadounidense (gracias al doblaje) y eliminaron todas las alusiones a la tragedia de Hiroshima. (Ver el tráiler de la versión americana).


¡Spooock!
Futurama homenajeó a uno de los más grandes autores literarios de la ciencia ficción mundial.

El día 20 de abril de 1999, en Estados Unidos, la cadena de la Fox emitía el quinto episodio de la primera temporada de “Futurama”, “Fears From a Robot Planet (Temores de un Planeta Robot)” de Ashley Lenz y Chris Sauve.
Fry, Leala y Bender tenían que llevar un paquete al planeta Chapek 9 en una época de convulsión política, los robots cansados de ser meros esclavos de lo hombres habían tomado el mando y declarado la guerra a todo ser humano, nuestros protagonistas tenían que hacerse pasar por máquinas para cumplir su misión.
Los guionistas Evan Gore y Heather Lombard, al igual que ocurría con los demás episodios, trataban argumentos inteligentes, tal vez demasiados ingeniosos, ocasionando que la serie se cancelara en su quinta temporada, sin poder seguir la estela de éxitos de su hermana mayor “The Simpsons”. En este capítulo en concreto, los autores decidieron homenajear al gran escritor checo Karel Capek (Praga, 1890-1938), apellido que en su idioma original se escribe Capek, con el símbolo del triangulo invertido sobre la “C”, y que se pronuncia literalmente “Chapek”.
Capek junto a su hermano Josef habían escrito, en 1920, para teatro la obra “R. U. R.” (Robots Universales Rossum)» acuñando por vez primera en la literatura la palabra “Robot”, término que procede de la palabra checa “robota” que significa trabajo forzado. En esta obra, una parábola de la revolución comunista, los autómatas construidos por el magnate Rossum, y distribuidos por todo el mundo a través de su empresa R. U. R., toman consciencia y se rebelan contra los humanos para exigirles los mínimos derechos que se merecen como obreros, imposible de llegar a un acuerdo, los robots exterminan a la raza humana, y estos nuevos amos toman el mando de su destino.

Como se puede ver, el argumento de “R. U. R.” es el mismo que el del episodio de “Fears From a Robot Planet”. Capek, injustamente, es más famoso hoy día por la utilización de ese termino que por su propia obra, es de agradecer que los autores de “Futurama” lo homenajearan, no sé si el espectador medio norteamericano llegó a darse cuenta el porque de llamarse dicho planeta Chapek 9. Tampoco sé si aquellos, aquí en España, que ponen en un pedestal a Matt Groening fueron conscientes.

January 25th – On this day in geek history in 1921 the play R.U.R. debuted at the National Theater in Prague. Written by Karel Capek R.U.R. stands for ‘Rossum’s Universal Robots’ and it was the first use of the word ‘robot’ to describe an artificial being.
the robots in Capek’s play were made of chemicals, not the the cybermen we’re used. But the basic plot of the play is similar to robot sci-fi stories: the robots become self-aware, they rise up against their human creators, mass hysteria, etc.
Al Borde del Spoiler: Krakatic (1947).
Video con un fragmento de “Krakatit” (1947) dirigida por Otakar Vávra y protagonizada por Karel Höger, Florence Marly, Eduard Linkers, Jirí Plachý, Natasa Tanská, Frantisek Smolík.
Esta película checoslovaca adapta la novela Krakatit (o “La Krakatita” en español) del escritor checo Karel Capek, su novela más inclasificable, escrita en 1924.
Subtitulada «Una fantasía nuclear», esta novela de Karel Čapek puede hacer las delicias de los aficionados a la ciencia ficción, aunque La krakatita es una obra compleja que no se deja encasillar fácilmente en un único género.
En el argumento el excéntrico Prokop inventa la krakatita, una sustancia explosiva que libera la energía oculta de la materia. Prokop sufre un accidente, cae en un estado alucinatorio y revela la fórmula de la krakatita al intrigante Tomeš. Mientras intenta dar con él, otros buscan a Prokop, emprendiendo una carrera contra el tiempo en la que se enfrentará a un siniestro directivo, será apresado en un palacio, seducirá a una princesa y se topará con un grupo de anarquistas que —desde una emisora pirata— bloquea las ondas de Europa cada noche de martes y viernes.
De “La krakatita” impacta la capacidad de Capek para combinar ciencia ficción, humor, crítica social, reflexión filosófica y placer narrativo puro y duro. Advertencia sobre los peligros de la ciencia y la tecnología modernas, “La krakatita”.
Esta novela ha sido adaptada al cine en 1948 y con un posterior remake en 1981, bajo el título Temné slunce (Sol oscuro en español) por el mismo director, Otakár Vávra; y se la considera inspiradora de «¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú«, de Stanley Kubrick; es una de las mayores obras antiutópicas de Karel Capek.
El autor checo destacó por sus obras fantásticas y de ciencia ficción, considerándole uno de los fundadores del género; de hecho, acuñó el término “robot” en su pieza teatral R.U.R. (1920). Sus principales obras, “La Fábrica del Absoluto” (1922), “La krakatita” (1924) o “La guerra de las salamandras” (1936), poseen un trasfondo político y filosófico característico por su fina ironía y la sutil denuncia que realiza de la ascensión del totalitarismo y la deshumanización radical de las sociedades modernas. Una curiosidad: su periplo por nuestro país durante 1929 y 1930, reflejado en “Viaje a España” (1930).