Al Borde del Spoiler: Destino espacial: Venus (1959) Kurt Maetzig
Película de culto del cine de ciencia-ficción alemán (de la extinta RDA), basada en una novela de Stanislaw Lem, “Los astronautas”. El autor de “Solaris” aparta aquí sus trascendencias filosóficas, resultando un film más parecido al cine de Serie B estadounidense de los años cincuenta.
Como base para el guion de esta prestigiosa coproducción se tomó “Los astronautas”, la primera novela de Stanisław Lem, publicada en 1951. El nombre del escritor era sin duda el mayor atractivo de este primer intento de colaboración en un proyecto tan atípico para los países socialistas: una película sobre un viaje a otro planeta.
Además, el tema de Astronautas era muy bueno desde el punto de vista de las reglas del género. El primer vuelo espacial tripulado a Venus contado por Lem cumplía perfectamente los postulados de la primera producción cinematográfica de CiFi en Polonia. La película se rodó en las instalaciones de la compañía DEFA en Babelsberg, cerca de Berlín, y en las proximidades de Zakopane. Se estrenó el 7 de marzo de 1960.
Los autores de la película trasladan la historia del año 2003 al más cercano 1970. La economía socialista está triunfando, llevando la civilización hasta las más inhóspitas regiones del país; entre los países socialistas se desarrolla una colaboración internacional que ha permitido establecer bases espaciales permanentes en la Luna.
Durante unas obras en Siberia se descubre un fragmento de un metal desconocido para la humanidad, resultando ser restos del meteorito que cayó en Tunguska en 1908. Equipos de científicos y cerebros electrónicos, después de calcular la trayectoria del vuelo del meteorito, llegan a la conclusión de que se trata de los restos de una nave cósmica procedente de Venus que se estrelló contra nuestro planeta.
Por tanto, se toma la decisión de emprender el primer vuelo tripulado extraplanetario a dicho planeta. La tripulación de la nave Kosmokrator está compuesta por representantes de Japón, EE.UU., Polonia, URSS, India, Alemania, China y un país africano. Los astronautas esperan descubrir una civilización altamente desarrollada y floreciente, pero lo único que encuentran al llegar a Venus es un montón de escombros radioactivos ennegrecidos. Los habitantes de Venus querían invadir la Tierra, pero gastaron antes todo su armamento en un combate fratricida.
Kurt Maetzig, uno de los directores de cine más importantes de la República Democrática Alemana de aquella época, destilaba una calidad directamente proporcional a los éxitos de la cinematografía de su país, artificialmente construido después de la II Guerra Mundial. En vez de dirigir bien a los actores, Maetzig puso delante de la cámara a unos monigotes construidos a base de ideas grandilocuentes bañadas en una salsa moralizadora difícil de tragar.
Los personajes carecen de vida y energía, sin mencionar su falta de humor y de autoironía. La más sosa es Yoko Tani, quien interpreta el personaje de una atractiva doctora japonesa, siempre con expresión afligida, huella dejada por los sucesos traumáticos de Hiroshima y de la muerte de su esposo en la Luna. La actuación en Estrella silenciosa es una muestra clásica de lo que en la época socialista se llamaba un “homenaje con actuación artística”.
Por culpa de tal dirección, al público le deja de importar si los protagonistas volverán de Venus vivos o no. Por suerte, en esta producción internacional participó sólo un actor polaco, Ignacy Machowski, en el papel del ingeniero de a bordo. A parte de él, aparece una actriz polaca, Lucyna Winnicka, en el papel secundario de una periodista de la televisión Interwizja.
La parte visual de la película es un verdadero museo de la imaginación de CF y confirma la regla de que la escenografía de las películas de CiFi envejece tanto más rápido cuanto más moderna quiere parecer. Para un espectador contemporáneo la imagen del interior de Kosmokrator resulta tan anticuada que le cuesta contener la sonrisa; el cerebro electrónico de la nave, llamado Marax, puede realizar la vertiginosa cantidad de 5 millones de operaciones por segundo; los equipos de a bordo son unos aparatos llenos de lucecitas centelleantes y pantallas en las que se proyectan unas fórmulas abstractas; y en una de las escenas observamos el estado de ingravidez, aunque, por desgracia, los cinturones de seguridad están colgados de unos hilos claramente visibles. No obstante, hay que recordar que «Estrella Silenciosa» fue la primera película de CiFi en la cinematografía polaca.
Poniéndonos en el lugar del espectador de hace más de 50 años hay que reconocer que la visión del gran escenógrafo polaco, Anatol Radzinowicz (y su compañero alemán, Alfred Hirchmeier) tenía que impresionar, y mucho. Los paisajes venusianos y las extrañas construcciones sobre la superficie del planeta destruido suponían en aquella época un logro importante, igual que los interiores de Kosmokrator.
Ahora nadie se imagina así la escenografía de una película de Cfii, pero para que esto pueda ser así hoy el género tuvo que madurar, precisamente gracias a este tipo de intentos de los cineastas de las décadas pasadas. Por otro lado, comparando la parte visual de «Estrella Silenciosa» con la de la serie Star Trek, cuyo rodaje empezó en los EE.UU. cinco años más tarde, podemos llegar a la conclusión de que a nuestros artistas no les faltó imaginación y, a pesar de la situación de retraso en el progreso social los conceptos escenográficos a ambos lados del Telón de Acero a veces se parecían mucho.
Los efectos especiales en «Estrella Silenciosa» eran bastante avanzados para aquella época y sus posibilidades técnicas. La combinación óptica de las fotografías de maquetas con las tomas reales se realizó de una manera perfecta, aunque la utilización de los decorados en miniatura conduce a un efecto muy ingenuo y poco creíble.
Los efectos especiales elaborados por Wah Chang y Gene Warren para la película «La máquina del tiempo«, que se rodó en el mismo año y por la que sus creadores obtuvieron un Oscar, no parecen más avanzados. Algunos críticos norteamericanos escribieron incluso que «Estrella Silenciosa» fue la película de CiFi con el mejor aspecto visual producida fuera de Hollywood.
Pero, esas críticas fueron escritas después de ver la versión estadounidense de la película, que fue titulada “First Spaceship on Venus”. Los estadounidenses, como es costumbre en ellos, acortaron la película germano-polaca, la volvieron a montar, cambiaron la música, a la mayoría de los miembros de la tripulación les cambiaron la nacionalidad por la estadounidense (gracias al doblaje) y eliminaron todas las alusiones a la tragedia de Hiroshima. (Ver el tráiler de la versión americana).