Obituario: Oliverio Toscani, el visionario de las emociones visuales
El mundo despide a Oliverio Toscani (Milán, 28 de febrero de 1942- Cecina, 13 de enero de 2025), un artista que no solo creó imágenes, sino que generó diálogos en una época donde hacerlo no te llevaba a ser cancelado.
Toscani deja un legado imborrable en el universo de la fotografía y la comunicación visual. Su trabajo trascendió fronteras y desafío cómodas nociones de lo aceptable, convirtiéndolo en una figura icónica del siglo XX.
Toscani fue mucho más que un fotógrafo; fue un provocador, un pensador y un narrador. Conocido por su revolucionario enfoque en la publicidad, especialmente como director creativo de Benetton, llevó la publicidad a un nivel sin precedentes. Las campañas que diseñó no solo promocionaron productos, sino que también confrontaron al público con las realidades de temas sociales como el racismo, el VIH/SIDA, la guerra y la desigualdad.
¿Quién puede olvidar las controversiales imágenes de un cura y una monja besándose, o el estremecedor retrato de un hombre moribundo rodeado de su familia? Cada imagen fue un espejo que nos obligó a cuestionar nuestras creencias y nuestra humanidad.
A lo largo de su carrera, Toscani demostró un dominio magistral del arte visual. Su sensibilidad artística y su compromiso con los derechos humanos le valieron reconocimientos internacionales, pero también generaron polémica. Nunca temió enfrentar las críticas porque comprendía que el verdadero cambio no nace de la comodidad, sino del impacto.
Su influencia se extendió más allá de las campañas publicitarias. Oliverio Toscani también fue un defensor apasionado de la educación y la experimentación artística. Fundó la escuela de comunicación visual Fabrica, un espacio dedicado a fomentar el talento joven y la innovación creativa. Para Toscani, el arte y la comunicación eran herramientas de transformación social, y su legado vive en cada estudiante que pasó por las puertas de Fabrica.
Oliverio Toscani nos enseñó que la fotografía es mucho más que una mera captura de luz y sombra; es una herramienta poderosa para revelar verdades, provocar reflexiones y construir puentes entre mundos aparentemente inconciliables.
En sus propias palabras: “La creatividad no es un don, es una responsabilidad”. Hoy, mientras reflexionamos sobre su vida, recordamos esa responsabilidad que nos dejó como herencia de una época en la que se podía publicar contenido sin que sea reprobado por elementos radicales de la sociedad.