¿Quién la ha visto morir? (1972) Aldo Lado
Durante los años 70, el giallo italiano vivió su momento de auge, y ¿Quién la ha visto morir? (Chi l’ha vista morire?), dirigida por Aldo Lado, es una de las cintas más representativas del género. Con una trama que combina elementos de misterio, horror psicológico y drama, una película donde destaca su narrativa atmosférica y su inquietante estética.
La película sigue a Franco Serpieri, interpretado por George Lazenby, quien fuera conocido por su papel de agente 007. Aquí interpreta a un escultor que vive en Venecia, quien está lidiando con la tragedia del asesinato de su hija, Roberta.
A causa de este evento traumático, lo lleva a buscar respuestas por su cuenta, mientras descubre una red de secretos oscuros y personajes ambiguos en una ciudad que parece tan cómplice como los mismos perpetradores del crimen. La investigación personal de Franco lo enfrenta no solo con la verdad detrás del asesinato, sino también con sus propios demonios.
Aldo Lado recurre a Venecia, no solo como escenario, sino como un personaje más. La ciudad, con sus canales sombríos y faltos de turistas, con su atmósfera húmeda, transmite una sensación de aislamiento y decadencia que refuerza la tensión de la trama. Las calles desiertas y las tomas en contrapicado acentúan la vulnerabilidad de los personajes, mientras que los encuadres cerrados intensifican la paranoia.
El contraste entre la belleza histórica de Venecia y los eventos siniestros que ocurren en la película es una constante. Este enfoque resalta una de las fortalezas del giallo: la capacidad de encontrar horror en lo cotidiano.
George Lazenby, conocido por su papel como James Bond en Al servicio secreto de su majestad (1969) Peter Hunt, ofrece una interpretación sólida como un padre devastado. Su dolor y su obsesión por descubrir la verdad se sienten genuinos y creíbles. La actriz Anita Strindberg, como Elizabeth, su exesposa, aporta un equilibrio emocional y un matiz de complicidad y desconfianza en su relación con Franco.
La música esta compuesta por el maestro Ennio Morricone, que en esta película es una de sus mayores fortalezas. Su composición mezcla coros infantiles inquietantes con melodías minimalistas, lo que crea un contraste perturbador que acentúa la naturaleza trágica y macabra de la historia. El tema principal que suena cada vez que aparece el misterioso asesino se queda grabado en la mente del espectador, aumentando la sensación de incomodidad, y creando momentos incómodos.
Una de las secuencias que más me llamaron la atención ocurre en una sala de deportes donde los niños juegan al baloncesto. Un lugar extraño para tener un gimnasio, pues en otra escena practican esgrima en ese mismo lugar. Este espacio es extraño, con su arquitectura que evoca a un palacio o iglesia pero con una cancha de baloncesto ubicada en su interior.
He intentado averiguar de que lugar se trataba, y si a día de hoy todavía existe, pero no he podido encontrar información específica sobre la ubicación exacta de la sala y no está claramente documentada en las fuentes disponibles. Es posible que dicha escena se haya filmado en una instalación deportiva local de Venecia o en un set diseñado para la producción. La mayoría de la cinta se filmó principalmente en Venecia, Italia, aprovechando la atmósfera de la ciudad para intensificar su narrativa de suspense. Algunas escenas también se rodaron en los estudios De Paolis en Roma.
Es un lugar, en apariencia inocente, que se convierte en un escenario cargado de tensión. Las luces frías y la arquitectura estéril crean un ambiente que, aunque cotidiano, parece alienante y siniestro. Los ecos de las pelotas y las risas infantiles generan un contraste que presagia el tono oscuro del resto de la película. Esta escena subraya cómo la película utiliza espacios comunes para transmitir un sentimiento de amenaza latente.
Aunque no es tan conocida como otras películas del giallo de directores como Dario Argento o Mario Bava, ¿Quién la ha visto morir? ocupa un lugar especial dentro del género gracias a su enfoque emocional y su cuidada dirección. Es una obra que se aleja de la violencia estilizada de otras cintas para centrarse en el impacto psicológico de sus eventos, lo que la convierte en una experiencia más íntima y perturbadora.