Al borde del Spoiler: ¿Quién la ha visto morir? 1972

¿Quién la ha visto morir? (1972) Aldo Lado

Durante los años 70, el giallo italiano vivió su momento de auge, y ¿Quién la ha visto morir? (Chi l’ha vista morire?), dirigida por Aldo Lado, es una de las cintas más representativas del género. Con una trama que combina elementos de misterio, horror psicológico y drama, una película donde destaca su narrativa atmosférica y su inquietante estética.

¿Quién la ha visto morir? 1972 Aldo Lado

La película sigue a Franco Serpieri, interpretado por George Lazenby, quien fuera conocido por su papel de agente 007. Aquí interpreta a un escultor que vive en Venecia, quien está lidiando con la tragedia del asesinato de su hija, Roberta.

A causa de este evento traumático, lo lleva a buscar respuestas por su cuenta, mientras descubre una red de secretos oscuros y personajes ambiguos en una ciudad que parece tan cómplice como los mismos perpetradores del crimen. La investigación personal de Franco lo enfrenta no solo con la verdad detrás del asesinato, sino también con sus propios demonios.

Aldo Lado recurre a Venecia, no solo como escenario, sino como un personaje más. La ciudad, con sus canales sombríos y faltos de turistas, con su atmósfera húmeda, transmite una sensación de aislamiento y decadencia que refuerza la tensión de la trama. Las calles desiertas y las tomas en contrapicado acentúan la vulnerabilidad de los personajes, mientras que los encuadres cerrados intensifican la paranoia.

El contraste entre la belleza histórica de Venecia y los eventos siniestros que ocurren en la película es una constante. Este enfoque resalta una de las fortalezas del giallo: la capacidad de encontrar horror en lo cotidiano.

George Lazenby, conocido por su papel como James Bond en Al servicio secreto de su majestad (1969) Peter Hunt, ofrece una interpretación sólida como un padre devastado. Su dolor y su obsesión por descubrir la verdad se sienten genuinos y creíbles. La actriz Anita Strindberg, como Elizabeth, su exesposa, aporta un equilibrio emocional y un matiz de complicidad y desconfianza en su relación con Franco.

La música esta compuesta por el maestro Ennio Morricone, que en esta película es una de sus mayores fortalezas. Su composición mezcla coros infantiles inquietantes con melodías minimalistas, lo que crea un contraste perturbador que acentúa la naturaleza trágica y macabra de la historia. El tema principal que suena cada vez que aparece el misterioso asesino se queda grabado en la mente del espectador, aumentando la sensación de incomodidad, y creando momentos incómodos.

¿Quién la ha visto morir? 1972 Aldo Lado

Una de las secuencias que más me llamaron la atención ocurre en una sala de deportes donde los niños juegan al baloncesto. Un lugar extraño para tener un gimnasio, pues en otra escena practican esgrima en ese mismo lugar. Este espacio es extraño, con su arquitectura que evoca a un palacio o iglesia pero con una cancha de baloncesto ubicada en su interior.

He intentado averiguar de que lugar se trataba, y si a día de hoy todavía existe, pero no he podido encontrar información específica sobre la ubicación exacta de la sala y no está claramente documentada en las fuentes disponibles. Es posible que dicha escena se haya filmado en una instalación deportiva local de Venecia o en un set diseñado para la producción. La mayoría de la cinta se filmó principalmente en Venecia, Italia, aprovechando la atmósfera de la ciudad para intensificar su narrativa de suspense. Algunas escenas también se rodaron en los estudios De Paolis en Roma.

Es un lugar, en apariencia inocente, que se convierte en un escenario cargado de tensión. Las luces frías y la arquitectura estéril crean un ambiente que, aunque cotidiano, parece alienante y siniestro. Los ecos de las pelotas y las risas infantiles generan un contraste que presagia el tono oscuro del resto de la película. Esta escena subraya cómo la película utiliza espacios comunes para transmitir un sentimiento de amenaza latente.

Aunque no es tan conocida como otras películas del giallo de directores como Dario Argento o Mario Bava, ¿Quién la ha visto morir? ocupa un lugar especial dentro del género gracias a su enfoque emocional y su cuidada dirección. Es una obra que se aleja de la violencia estilizada de otras cintas para centrarse en el impacto psicológico de sus eventos, lo que la convierte en una experiencia más íntima y perturbadora.

Arte de Iván Babilin

El arte de Iván Bílibin (en ruso: Иван Яковлевич Билибин) estuvo fuertemente inspirado por el folclore eslavo. Nacido en San Petersburgo (16 de agosto de 1876 – 7 de febrero de 1942) fue uno de los ilustradores más influyentes del siglo XX y diseñadores escénicos que tomó parte de la revista y movimiento artístico Mir iskusstva y contribuyó a la iconografía de los Ballets Rusos.

Arte de Iván Babilin
Vasilisa la Hermosa, 1899
Arte de Iván Babilin
Iván Tsarévich atrapando la pluma del pájaro de fuego, 1899
Arte de Iván Babilin
Koschei el Inmortal, 1900
Arte de Iván Babilin
El jinete rojo de Vasilisa la Hermosa, 1899
Arte de Iván Babilin
Los mercaderes visitan al Zar Saltán, 1905
Arte de Iván Babilin
La isla Buyán, 1905
Arte de Iván Babilin
Diseño escénico para la ópera El gallo de oro, 1909
Arte de Iván Babilin
Morozko, 1932
Arte de Iván Babilin
Ilustración para el Cantar de las Huestes de Igor, 1941

Breve Historia Desconocida: Batalla de Rafia.

La Batalla de Rafia, librada en 217 a.C., es uno de los encuentros bélicos más fascinantes del mundo antiguo. No solo fue un enfrentamiento crucial en las Guerras Sirias entre los generales de Alejandro Magno; sino que también fue la única ocasión registrada en la que dos razas de elefantes —los africanos y los asiáticos— se encontraron frente a frente en el campo de batalla.

Este punto de la historia fue parte de la larga rivalidad entre el Imperio Seléucida y el Reino Ptolemaico, tuvo lugar cerca de la ciudad de Rafia (hoy Rafah, en la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza). La contienda involucró a dos de los herederos más poderosos del Imperio de Alejandro Magno, por el lado greco-egipcio Ptolomeo IV Filopátor, el faraón de la dinastía ptolemaica, contra Antíoco III el Grande del Imperio Seléucida.

Era parte de la Cuarta Guerra Siria, una serie de conflictos que surgieron a partir de la disputa entre los dos reinos sucesores de Alejandro Magno por el control de la región de Celesiria. Más allá de la lucha entre ejércitos, la batalla de Rafia ha quedado en la memoria histórica por el enfrentamiento de dos especies de elefantes, que actuaron como armas estratégicas en una confrontación decisiva.

Ambos lados hicieron preparativos masivos para la confrontación, pero una de las piezas más espectaculares del arsenal de cada ejército eran los elefantes de guerra. Mientras Antíoco tenía en su poder elefantes indios de la especie Elephas maximus, Ptolomeo contaba con elefantes africanos, presumiblemente de la subespecie Loxodonta africana cyclotis, también conocida como elefante africano de bosque.

Para comprender el papel que los elefantes jugaron en la batalla de Rafia, primero es importante analizar el papel que estos animales desempeñaron como armas de guerra en la Antigüedad. Los elefantes han representado un recurso poderoso y casi mitológico en el campo de batalla. La capacidad de sembrar terror en las filas enemigas, junto con su poder destructivo, hacía de estos animales una herramienta militar sumamente efectiva.

Alejandro Magno fue uno de los primeros generales griegos en enfrentarse a elefantes de guerra durante sus campañas en la India, y su influencia marcó el comienzo del uso de estos paquidermos en los ejércitos helenísticos. Desde los primeros tiempos en la India hasta su adopción en las regiones del Mediterráneo y el Cercano Oriente, los elefantes siempre han simbolizado el poder y la fuerza bruta.

Breve Historia Desconocida: Batalla de Rafia

En la India, los elefantes fueron utilizados desde el siglo IV a.C. como parte integral de los ejércitos reales. En la batalla, los elefantes se utilizaban como plataformas móviles desde las que los arqueros podían disparar y también para destruir la caballería enemiga.

Después de las conquistas de Alejandro Magno, el uso de elefantes se expandió hacia el oeste. Los sucesores de Alejandro, especialmente los seléucidas y los ptolemaicos, los integraron a sus ejércitos, y en algunos casos los elefantes se convirtieron en el núcleo de su fuerza militar.

Los cartagineses, bajo el mando de Aníbal, también utilizaron elefantes durante las Guerras Púnicas contra Roma. La travesía de Aníbal a través de los Alpes con sus elefantes es uno de los episodios más legendarios de la historia militar, aunque pocos de estos animales sobrevivieron al viaje.

El elefante, como arma de guerra, tenía varias ventajas. Era un símbolo de poder y de intimidación psicológica, que podía desmoralizar a los soldados enemigos antes incluso de entrar en combate. Los elefantes cargaban contra las líneas enemigas, aplastando a soldados y caballos, y dispersando formaciones que de otro modo habrían sido difíciles de penetrar.

En la antigüedad, pocos elementos generaban tanto pavor en el campo de batalla como una carga de elefantes. Además, los elefantes eran utilizados como plataformas móviles desde las cuales los arqueros podían disparar o los lanceros atacar desde una posición elevada, lo que les daba una ventaja considerable sobre la infantería enemiga.

Sin embargo, su uso también tenía desventajas. El entrenamiento de los elefantes para la guerra era un proceso arduo. Eran entrenados para marchar en formación, atacar a infantería y caballería enemigas y superar obstáculos como muros o barricadas. Se ignora cómo era el proceso de domesticación, ya que al extinguirse la subespecie en época romana no sobrevivió el oficio y además tampoco ha quedado reflejado documentalmente.

Sin embargo, también eran impredecibles, difíciles de controlar una vez en medio del fragor del combate, cuando eran heridos, el dolor los enloquecía sembrando el caos entre sus propias filas o se asustaban. En ello tuvo mucho que ver su pobre equipamiento; al contrario que en Asia, no se los dotaba de armaduras ni protección alguna, lo que los dejaba muy vulnerables al lanzamiento de jabalinas y otras armas arrojadizas

A pesar de estas desventajas, el prestigio y el impacto psicológico de los elefantes hicieron que continuaran siendo una herramienta esencial en la guerra, especialmente en el contexto de los conflictos helenísticos, donde el símbolo de poder y superioridad que representaban era de gran valor estratégico.

Breve Historia Desconocida: Batalla de Rafia
Tetradracma de Ptolomeo IV

En la Batalla de Rafia, los elefantes de ambos bandos desempeñaron un papel clave, aunque no de la manera esperada.

Ptolomeo IV contaba con alrededor de 73 elefantes africanos  (de los que murieron dieciséis), pertenecientes a la subespecie del elefante africano de bosque, más pequeños que los elefantes de la sabana, pero aún imponentes. Estos elefantes se habían obtenido de las regiones de Nubia y el este de África, y eran utilizados por los Ptolomeos debido a su relativa cercanía y a la dificultad de obtener elefantes asiáticos.

Antíoco III, por otro lado, disponía de unos 102 elefantes indios, más grandes y con mayor experiencia en combate. Los elefantes de Antíoco habían sido traídos de la India y eran, en muchos aspectos, superiores a los elefantes africanos en términos de tamaño y entrenamiento.

Breve Historia Desconocida: Batalla de Rafia
Tetradracma de Antíoco III

La fuente principal de la Batalla de Rafia son los escritos del historiador griego Polibio. Quien en sus textos afirma que la batalla comenzó luchando en los flancos y que los elefantes fueron los primeros en atacar.

Los relatos históricos, como los de Estrabón, Plinio el Viejo, Apio y Filóstrato sugieren que los elefantes asiáticos, al ser más grandes, dominaron rápidamente a los elefantes africanos, que se asustaron y huyeron, desordenando las líneas egipcias. Los elefantes africanos de Ptolomeo se vieron intimidados y, en su mayoría, evitaron el enfrentamiento directo con los elefantes indios, optando por retroceder en lugar de enfrentarse a ellos. Esto provocó que gran parte de la fuerza de elefantes de Ptolomeo fuera inútil en el campo de batalla.

La diferencia en comportamiento y tamaño se debió, en parte, a las características de cada especie. Los elefantes asiáticos son conocidos por ser más dóciles y, debido a su mayor tamaño, eran mejores para intimidar al enemigo y mantener la formación.

Por otro lado, los elefantes africanos de bosque, aunque ágiles, eran más pequeños y menos acostumbrados a los rigores del combate. Esta situación desequilibró la balanza de poder en el campo de batalla, aunque no de forma definitiva, ya que la batalla no fue decidida únicamente por los elefantes.

“Los guerreros montados en elefantes lucharon valientemente desde las torres; actuando con saris a quemarropa, se golpeaban entre sí, pero los animales luchaban aún mejor, arrojándose unos a otros con fiereza. La lucha de los elefantes se lleva a cabo aproximadamente de esta manera: después de clavarse los colmillos y forcejear, empujan con todas sus fuerzas y cada uno quiere mantener su lugar hasta que el más fuerte vence y aparta la trompa del oponente. Tan pronto como el vencedor logra agarrar al vencido por el costado, lo hiere con colmillos, como hacen los toros con los cuernos.

“Los elefantes ptolemaicos en su mayoría tenían miedo a la batalla, lo que suele ser el caso de los elefantes libios. El hecho es que no pueden soportar el olor y el rugido de los elefantes indios, están asustados, según creo, por su crecimiento y fuerza, e inmediatamente huyen desde lejos. Eso es lo que pasó ahora».

Polidio

Como resultado, según Polibio, tres elefantes murieron en el ejército de Antíoco III y dos más murieron a causa de las heridas, el ejército de Ptolomeo IV perdió 16 elefantes muertos y «la mayoría de ellos fueron capturados por el enemigo». Es decir, la “batalla de los elefantes” terminó con una contundente victoria de los animales del ejército seléucida.

A pesar de la debilidad de los elefantes africanos frente a los asiáticos, la batalla terminó con una victoria para Ptolomeo IV. Esto se debió en gran medida a la superioridad numérica de la infantería y la caballería egipcia, así como a la estrategia implementada por el rey ptolemaico.

El ejército de Ptolomeo, compuesto por soldados egipcios, griegos y mercenarios, contaba con una fuerte falange que resultó ser decisiva para mantener la cohesión en el combate. Antíoco, por su parte, trató de utilizar la movilidad de su caballería y la fuerza de sus elefantes para romper las líneas enemigas, pero se vio superado en la parte central del campo de batalla.

Ptolomeo se enfrentaba a un ejército más experimentado, pero su habilidad para mantener la disciplina y el uso efectivo de sus tropas auxiliares le permitió contener la embestida de los elefantes asiáticos. Mientras que el choque de los elefantes resultó ser un fracaso para Ptolomeo, el resto de su ejército logró maniobrar de manera efectiva y derrotar al ejército seléucida, consolidando así el control ptolemaico sobre la región de Celesiria.

Antíoco consiguió los elefantes y Ptolomeo la victoria.

E. Galili

La Batalla de Rafia pone de manifiesto tanto el poder como las limitaciones del uso de elefantes en el combate. Los elefantes eran un símbolo de poder y grandeza, y el hecho de que ambos ejércitos desplegaran estos animales reflejaba la competencia por el prestigio y la legitimidad política entre los dos reinos.

Ptolomeo, al recurrir a los elefantes africanos, buscaba emular a sus rivales seléucidas, pero la naturaleza de estos elefantes los hizo menos adecuados para el combate frente a los más grandes y disciplinados elefantes asiáticos de Antíoco.

Para Ptolomeo y Antíoco, los elefantes no eran solo armas de guerra, sino también una declaración de poderío y de su capacidad para emplear recursos exóticos y formidables en su lucha por la supremacía del mundo helénico.

La derrota de los elefantes africanos frente a los elefantes asiáticos fue interpretada por algunos como una demostración de la superioridad del Imperio Seléucida en términos de recursos y tecnología militar, aunque la victoria final de Ptolomeo mostraba que el resultado de una batalla dependía de mucho más que del enfrentamiento entre dos grupos de elefantes. Aun así, el hecho de que los elefantes africanos fueran superados por sus contrapartes asiáticas tuvo un impacto en la percepción del uso de estos animales en los conflictos futuros.

Después de la batalla de Rafia, el uso de elefantes en la guerra continuó, aunque el resultado del enfrentamiento entre los elefantes africanos y asiáticos dejó claro que estos animales no siempre garantizaban la victoria. Los seléucidas y otros ejércitos helenísticos continuaron empleando elefantes en sus campañas, pero cada vez se volvió más evidente que la logística y el mantenimiento de estos gigantescos animales representaban un desafío significativo.

El uso de elefantes de guerra empezó a decaer en la medida en que las tácticas militares evolucionaron y los ejércitos empezaron a desarrollar nuevas formas de combate y tecnologías que hacían que los elefantes fueran menos efectivos.

Durante las campañas romanas, por ejemplo, los elefantes fueron utilizados ocasionalmente, pero con resultados mixtos, debido a la capacidad de los romanos para adaptarse y encontrar maneras de neutralizar a estos enormes adversarios. Con el tiempo, los elefantes se convirtieron más en una rareza que en una herramienta común en el campo de batalla, siendo finalmente reemplazados por otras innovaciones en tecnología militar.

Al estudiar el uso de elefantes en la Batalla de Rafia nos lleva a reflexionar sobre el papel de los animales en la guerra, y más allá de eso, sobre el costo que la ambición humana ha impuesto sobre otras criaturas del planeta. A lo largo de la historia, los animales han sido forzados a formar parte de los conflictos humanos, ya sea como armas, como transporte o como símbolos de poder.

Los elefantes, al ser criaturas altamente inteligentes y sensibles, son un ejemplo trágico de cómo los seres humanos han explotado la naturaleza en su afán de dominación.

Durante la batalla de Tapso, Julio César fue más drástico ante los elefantes pompeyanos, mandando que les cortaran las patas y trompas a hachazos, fue la última vez que esos animales combatieron en occidente (aunque hay referencias a que Claudio destinó uno a la conquista de Britania por su efecto psicológico).

Los elefantes quedaron postergados como arma de guerra y poco a poco se procedió a reunirlos y trasladarlos a Roma para usarlos en las venationes (luchas con animales en el anfiteatro). Se calcula que sólo durante el mandato de Augusto perdieron la vida unos tres mil quinientos ejemplares.

En la Batalla de Rafia, los elefantes fueron arrojados unos contra otros, forzados a luchar en una confrontación que no les pertenecía. La visión de estos animales enfrentándose en el calor de la batalla es, sin duda, impresionante, pero también profundamente triste.

Nos recuerda que la guerra no solo destruye a los seres humanos que participan en ella, sino también a los animales y a la naturaleza que quedan atrapados en su camino. En la búsqueda del poder y la gloria, la humanidad ha transformado a seres pacíficos en instrumentos de destrucción, una práctica que resuena aún hoy, con los conflictos modernos y el impacto continuo en el medio ambiente y las criaturas que comparten nuestro mundo.

Breve Historia Desconocida: Bessie Coleman.

Bessie Coleman: El Vuelo de una Pionera en la Historia de la Aviación

A lo largo de la historia, hay personas cuyas acciones parecen adelantarse a su tiempo, personas que no solo desafían las normas sociales y culturales que les imponen limitaciones, sino que también inspiran a quienes vienen después de ellas. Bessie Coleman fue una de esas figuras. Su vida no fue solo la historia de una mujer que alcanzó el éxito en la aviación, sino también la historia de una lucha constante contra las barreras raciales y de género, un testimonio de la valentía que requiere soñar y luchar por un lugar en un mundo que parecía decidido a negárselo.

Bessie Coleman fue la primera mujer afroamericana y de ascendencia nativa americana en obtener una licencia de piloto internacional. Su logro no solo rompió barreras en el ámbito de la aviación, sino que también marcó un hito importante en la lucha por la igualdad racial y de género en los Estados Unidos y más allá. Su vida, aunque corta, estuvo llena de determinación, coraje y una inquebrantable creencia en su propio potencial, incluso cuando casi todos a su alrededor dudaban de que alguien como ella pudiera lograr lo que se proponía.

Bessie Coleman nació el 26 de enero de 1892 en en el pueblo de Atlanta, en una pequeña cabaña al este de Texas, en un entorno rural y pobre. Era la décima de trece hijos en una familia de agricultores afroamericanos y nativos americanos. La vida en el sur segregado no era fácil para los afroamericanos, y la familia Coleman no era la excepción. El racismo y la pobreza eran constantes en la vida de Bessie desde una edad temprana, y ella tuvo que trabajar duro para ayudar a su familia. A pesar de estos desafíos, Bessie mostró desde pequeña una gran inteligencia y una fuerte determinación. Asistía a una escuela segregada de una sola habitación, donde destacaba por su habilidad en matemáticas y lectura.

Breve Historia Desconocida. Bessie Coleman

La situación familiar se complicó aún más cuando su padre, harto de la discriminación racial que sufrían en Texas, decidió mudarse a Oklahoma en busca de mejores oportunidades. Bessie, sin embargo, se quedó con su madre y hermanos. Esta separación profundizó en ella el sentido de responsabilidad hacia su familia. Aunque la escuela era un refugio para ella, el trabajo duro no cesaba. Durante su adolescencia, Bessie trabajaba recogiendo algodón y lavando ropa para vecinos blancos. A pesar de todo, nunca perdió de vista su sueño de hacer algo más grande con su vida.

A los 18 años, Bessie se matriculó en la Universidad de Langston, una universidad para afroamericanos en Oklahoma, pero debido a problemas económicos, solo pudo asistir un semestre. La frustración de no poder continuar sus estudios no fue suficiente para hacerla renunciar a sus ambiciones. En lugar de rendirse, decidió mudarse a Chicago en 1915, donde vivía uno de sus hermanos. Allí, trabajó como manicurista en una barbería, un trabajo humilde pero que la expuso a conversaciones sobre la aviación que, poco a poco, despertaron en ella una nueva pasión.

En Chicago, Bessie escuchaba historias de los pilotos que habían regresado de la Primera Guerra Mundial. Algunos de estos hombres se sentaban en la barbería donde trabajaba y hablaban con entusiasmo de sus experiencias volando en aviones durante la guerra. En un tiempo en que la aviación aún era algo novedoso y emocionante, estos relatos encendieron una chispa en Bessie. Quería volar. Pero, como mujer negra, las oportunidades para hacerlo en Estados Unidos eran prácticamente inexistentes.

Las escuelas de aviación estadounidenses se negaban a admitir mujeres, y especialmente mujeres negras. Pero Bessie no era alguien que aceptara un «no» como respuesta. En lugar de resignarse, comenzó a investigar otras opciones. Un consejo repetido fue clave para su futuro: «Si quieres volar, tienes que ir a Europa». Con esa idea en mente, Bessie comenzó a ahorrar dinero para su viaje y, con la ayuda de algunos benefactores de la comunidad afroamericana, logró reunir los fondos necesarios para su sueño.

En 1920, Bessie partió hacia Francia, un país que, aunque lejano, le ofrecía la oportunidad que tanto deseaba. Para poder estudiar en una escuela de aviación francesa, primero tuvo que aprender el idioma. Sin desanimarse, comenzó a estudiar francés, demostrando una vez más su dedicación y tenacidad. En la École d’Aviation des Frères Caudron en Le Crotoy, un pequeño pueblo francés, Bessie se sumergió en el mundo de la aviación.

Breve Historia Desconocida. Bessie Coleman

El entrenamiento no fue fácil. El clima era a menudo duro, y los aviones de la época no eran nada comparado con las máquinas modernas. Eran frágiles y peligrosos, con cabinas abiertas que exponían a los pilotos a los elementos. Pero Bessie no tenía miedo. El 15 de junio de 1921, después de meses de entrenamiento, Bessie obtuvo su licencia de piloto, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana y nativa americana en lograr tal distinción.

Pero su historia no terminó ahí. Regresó a Estados Unidos, decidida a utilizar sus habilidades para inspirar y abrir caminos para otros. No solo quería ser una aviadora; quería cambiar el mundo de la aviación para que más personas de color pudieran volar.

Breve Historia Desconocida Bessie Coleman

A su regreso a Estados Unidos, Bessie se enfrentó a un desafío completamente nuevo. Aunque había logrado lo que nadie más de su comunidad había logrado, la segregación y el racismo en su país natal seguían siendo barreras inmensas. Encontrar un lugar en la aviación comercial era prácticamente imposible para una mujer negra, por lo que decidió emprender por su cuenta en el mundo de los espectáculos aéreos, también conocidos como «barnstorming». Estos eventos eran populares en la década de 1920 y permitían a los pilotos demostrar sus habilidades a cambio de dinero.

Bessie se convirtió rápidamente en una atracción en el circuito de exhibiciones aéreas. Su valentía y su habilidad para realizar acrobacias aéreas impresionaban a las multitudes. Realizaba giros imposibles, bucles y otras maniobras que mantenían a la audiencia al borde de sus asientos. Pero Bessie también era consciente del poder que tenía para inspirar a otros. Nunca aceptaba participar en eventos en los que se exigiera la segregación racial entre los espectadores, desafiando así las normas de la época. Su compromiso con la igualdad era tan fuerte como su amor por volar.

A medida que su fama crecía, también lo hacía su deseo de hacer más por su comunidad. Soñaba con abrir una escuela de aviación para afroamericanos, un lugar donde aquellos que, como ella, habían sido rechazados por su raza, pudieran aprender a volar y encontrar su propia libertad en los cielos. Bessie hablaba frecuentemente en eventos comunitarios, iglesias y universidades, alentando a los jóvenes afroamericanos a soñar en grande y a nunca aceptar los límites que otros les imponían.

Lamentablemente, el sueño de Bessie de abrir su propia escuela de aviación nunca se cumplió. El 30 de abril de 1926, mientras realizaba un vuelo de prueba en Jacksonville, Florida, su avión sufrió una falla mecánica. Bessie, que no llevaba puesto el cinturón de seguridad mientras inspeccionaba el terreno para su próxima acrobacia, fue lanzada fuera del avión y murió al caer desde una altura considerable. Tenía solo 34 años.

La noticia de su muerte conmocionó a la comunidad afroamericana y al mundo de la aviación. Aunque su carrera fue corta, su impacto fue profundo. Bessie Coleman no solo rompió barreras raciales y de género; abrió puertas que permitieron a futuras generaciones de aviadores afroamericanos y mujeres seguir sus pasos.

Hoy en día, el nombre de Bessie Coleman es recordado con honor y respeto. Su historia es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se enfrenta la adversidad con coraje, determinación y una visión clara de lo que uno quiere alcanzar. Su legado no solo reside en los cielos que conquistó, sino en los corazones y las mentes de quienes, inspirados por ella, han continuado luchando por la igualdad y las oportunidades en todos los campos, incluido el de la aviación.

Como ella misma dijo: «El aire es el único lugar libre de prejuicios». Bessie Coleman encontró su libertad en los cielos y, con cada vuelo que realizó, mostró al mundo que los límites son solo ilusiones que se pueden romper. A través de su vida y su legado, seguimos aprendiendo que el valor de soñar en grande no tiene límites, y que incluso el cielo no es una barrera cuando uno está decidido a volar alto.

Detrás de las Cámaras: Cazafantasmas (1984)

Detrás de las Cámaras: Cazafantasmas (1984)

Detrás de las Cámaras: Cazafantasmas (1984)

Detrás de las Cámaras: Cazafantasmas (1984)

Producida y dirigida por Ivan Reitman, fue nominada a los premios Oscars con dos nominaciones en Efectos Especiales y Canción original (que luego resultó no ser tan original como se pensaba). El trabajo de efecto recayó en Richard Edlund y su equipo, quienes trabajaron sobre los diseños de Berni Wrightson.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado.

El Círculo Dorado fue una sociedad secreta que pretendió crear un imperio esclavista panamericano;
aunque nominalmente es definida como una sociedad secreta, la existencia de los Caballeros del Círculo Dorado no era, de hecho, un secreto.

Conocidos como Caballeros del Círculo Dorado (KGC por sus siglas en inglés) esta sociedad secreta fue fundada en 1854 por el estadounidense George W. L. Bickley, cuyo objetivo era la creación de una sociedad de corte imperialista y esclavista con la intención de establecer un gran país panamericano, que incluyera en su seno territorios de sus vecinos continentales; específicamente de México, aunque también se extendió subrepticiamente por territorio caribeño e incluso por el norte sudamericano.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado. George W. L. Bickley

A esta proposición de nuevo país se le asignó el nombre de Golden Circle (en español: El Círculo Dorado), donde la esclavitud sería legal. El país habría estado centrado en La Habana y habría consistido en estados del sur de los Estados Unidos y un «círculo dorado» de territorios en México (que se dividiría en 25 nuevos estados esclavistas), América Central, partes del norte de América del Sur, Haití, República Dominicana, y la mayoría de las otras islas en el Caribe, alcanzando las 2400 millas (3862,4 km) en diámetro.

Los caballeros eran originarios de los estados del sur de EE.UU y que el proyecto originario fue anterior a la Guerra de Secesión, siendo su origen el vinculado a la oposición del abolicionismo que se promulgaba desde los estados norteños norteamericanos, estos eran componentes o simpatizantes del Partido Demócrata, que se distinguían por ser los más reacios a terminar con el sistema esclavista imperante, con el objetivo de sustituirlo por una industrialización deshumanizada, pagadera con salarios míseros.

En sus inicios, los miembros de KGC abogaron por anexionar los nuevos territorios a los Estados Unidos, para de esta manera aumentar considerablemente el número de estados esclavistas y a la tanto el poder de las clases altas sureñas esclavistas.

Como respuesta al movimiento de agitación contra la esclavitud que inició la decisión Dred Scott (1857), un esclavo negro que reclamaba su libertad por haber conseguido refugiarse en el norte, debía ser devuelto a su antiguo dueño porque a los esclavos no se les reconocía la ciudadanía estadounidense. Estados Unidos quedó inmerso en una vorágine de violencia entre esclavistas y abolicionistas, unido al llamado Pánico de 1857, una terrible crisis económica que afectó tanto a la industria, el campo y la banca, especialmente en el norte estadounidense, que llevó a que los estados sureños consideraran era necesaria la secesión para proteger sus intereses.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado

En aquel contexto, el KGC retomó su idea de El Círculo Dorado, que estaría separado de los estados del norte por la línea Mason-Dixon; esto es una antigua frontera colonial que pasaba por Maryland, Pensilvania, Delaware y Virginia Occidental, y dentro de sus territorios se incluían ciudades como Washington D. C., San Luis, Ciudad de México y Ciudad de Panamá.

Los Caballeros decidieron que la mejor forma de mantener su estatus e influencia era mediante una secesión de los estados del sur de los Estados Unidos. Estos estados deberían separarse, formando su propio confederación, y luego invadir y anexar el área de El Círculo Dorado para expandir enormemente el poder de los estados del Sur.

Esta proposición llegó de parte de la KGC surgió de propuestas anteriores fallidas para anexar otros territorios como la isla de Cuba (mediante una propuesta de compra a España sobre la isla), partes de América Central (mediante las acciones del ejército filibustero estadounidense al mando de William Walker) y todo México (similares a los movimientos de independencia de la República de Texas). En Cuba, el asunto se complicó por el deseo de muchos en la colonia de obtener la independencia de España. Por su parte México y Centroamérica no tenían ningún interés en ser parte de los Estados Unidos.

Con el crecimiento, cada vez mayor del abolicionismo en los Estados Unidos en oposición a la esclavitud, los miembros de la KGC propusieron una confederación separada formada por los estados esclavistas, con los estados de EE. UU. al sur de la línea Mason-Dixon para separarse y alinearse posteriormente con otros estados esclavistas que se formarían a partir del «círculo dorado». El fin de sus propuesta, era básicamente aumentar el poder de la clase alta esclavista sureña para que de esta manera no pudiera ser desalojada de sus ámbitos de poder.

Los inicios de esta sociedad comienzan cuando George W. L. Bickley, (sus padres lo llamaron George Washington Lafayette Bickeley) quien tras una vida plena de aventuras se convirtió en un médico sin título, a la vez que fundador de una sociedad de estudios históricos y autor de una historia sobre las guerras indias, En 1851 se estableció en Cincinnati, donde comenzó a trabajar como profesor de medicina alternativa mientras seguía publicando libros sobre ciencias naturales y de ficción. Fue en Cincinnati, donde fundó la asociación y organizó el primer «castillo» o sucursal local en Cincinnati en 1854. Los miembros fueron aumentaron con lentitud hasta 1859, llegando a su máximo de miembros en 1860.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado.

Los miembros, se hallaban esparcidos desde Nueva York hasta California y en algunas regiones de Latinoamérica, nunca fueron muchos. Según registros de la convención de KGC que se celebró en 1860 se afirma que la organización «se originó en Lexington, Kentucky, el cuatro de julio de 1854, por cinco caballeros que se reunieron en una llamada realizada por el general George Bickley«.​

Viéndose asediado por sus acreedores, finalmente Bickley tuvo que abandonar Cincinnati al final la década de 1850. Comenzó a hacer un periplo por el este y el sur de los Estados Unidos, buscando financiación para organizar una expedición armada a México, siendo bien recibido en el estado de Texas que recientemente se había independizado. El objetivo original del grupo era constituir una fuerza expedicionaria que colonizara la parte norte de México y algunas Antillas.

Así, en fecha de 4 de julio de 1854, eligiendo esta fecha por su simbolismo, crearon el KGC, siendo constituido por cuatro miembros y el propio Bickley firmaron el acta oficial en Lexington (Kentucky), aunque la primera sede se radicó en la mencionada Cincinnati.

The New York Times definió en su publicación de agosto de 1892, a la orden como sucesora de otra sociedad, la Orden de la Estrella Solitaria, que había sido organizada con el propósito de conquistar Cuba y Nicaragua, teniendo éxito en esta última causa en 1856 bajo William Walker antes de ser expulsado por una coalición de estados vecinos.

En los siguientes cuatro años se hizo la apertura de nuevos «castillos» (nombre que se daba a las sedes) en Texas y Louisiana. Aquel mismo año el senador Samuel Houston, artífice de la independencia texana, alzó una propuesta a la Cámara para iniciar una campaña que llevaran a la creación de un protectorado al sur de Norteamérica, el cual debía tener su inicio en en tierra mexicana y se iría extendiendo a Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Costa Rica, pero la Cámara desoyó la propuesta.

Llegada la primavera de 1860, ya contaban con unos cuatro mil miembros, repartidos en alrededor de veinte “castillos” a las órdenes de Elkanah Greer, un general que terminaría combatiendo en la Guerra Civil a favor de la Confederación.

Viendo los éxitos relativos de la expedición filibustera, decidieron que podía ser viable adentrarse en el norte de México. En aquel momento, su principal objetivo era conseguir reunir un ejército de 16,000 hombres para conquistar, y «surenizar» México; lo que significaba volver a legalizar la esclavitud en México que con los españoles había sido abolida.​ Algunos de los miembros de KGC terminaron por integrar este contingente armado que llegó hasta Río Grande, donde Bickley debía unírseles con refuerzos traídos desde Nueva Orleans.

Siguiendo su plan, que no era otro que anexar el norte de México, pudiendo de esta forma extender las tierras susceptibles de cultivo a gran escala, esto es subdividiéndolas en veinticinco provincias dedicadas puntualmente a la agricultura, trabajadas con esclavos.

A pesar de los esfuerzos, Bickley no pudo encontrar fuerzas suficientes para la expedición, y todo quedó en la nada, acarreándole, eso sí, un enorme descrédito que conllevaron finalmente la expulsión de la sociedad. No contento con aquella decisión, al mes siguiente convocó a una convención de la sociedad en Raleigh, Carolina del Norte, y volvió a abocarse al control del KGC.

De nuevo a la cabeza del KGC, Bickley empezó a organizar una nueva campaña militar, pero ya por aquel tiempo las cosas habían comenzado a cambiar en los Estados Unidos. El KGC era un firme partidario del entonces presidente James Buchanan, en representación del Partido Demócrata desde 1857, en sustitución de su compañero ideológico Franklin Pierce, ya que Buchanan era partidario de respetar el derecho de los estados del sur al esclavismo. Así lo había declarado en el discurso inaugural advirtiendo del riesgo de fractura del país.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado.

En 1859 se produjo el incidente de Harper’s Ferry. Como resultante de una manifestación más extemporánea de una serie de incidentes menores y boicots mutuos entre ambos bandos, un grupo de fanáticos abolicionistas asaltó un arsenal, creando uno de los incidentes que sirvieron de prólogo a la Guerra de Secesión. Encabezados por el abolicionista John Brown, quien dirigió a un grupo de 21 hombres, cinco de ellos eran afroamericanos (tres libres, un esclavo liberado y un esclavo fugitivo).

En aquella época ayudar a los esclavos fugitivos era considerado ilegal a causa de la Ley de esclavos fugitivos de 1850. Brown atacó y capturó varios edificios con la esperanza de asegurar el dominio del depósito de armas y la intención de armar a los esclavos para comenzar una revuelta antiesclavista en el sur. Brown había traído también 1000 lanzas de acero forjadas en Connecticut por un herrero y simpatizante de los abolicionistas, Charles Blair; pero Brown no logró reunir a los esclavos para iniciar la sublevación y poco después fue capturado, juzgado y ejecutado.

Con la victoria de Abraham Lincoln en las elecciones presidenciales supuso el definitivo cambio de orientación de los Caballeros del Círculo Dorado: la KGC de Texas cambió su énfasis en la aventura mexicana, que quedaba aparcada para centrar sus esfuerzos en brindar apoyo a la Secesión de los Estados del Sur de la Unión.

El 15 de febrero de 1861, una fuerza de 500 hombres, unos 150 de los cuales eran Caballeros de el Círculo Dorado de seis castillos dirigidos por el ex-ranger Ben McCulloch, ocupó el arsenal federal de San Antonio, entregado sin lucha por el general David E. Twiggs, quien fue premiado con un mando en el ejército confederado.

Ese mismo año, varios Caballeros de el Círculo Dorado se adueñaron temporalmente de parte del Territorio de Nuevo México, a las órdenes del teniente coronel John Robert Baylor, en una campaña que se repitió al año siguiente. Paralelamente, otros atacaban intereses unionistas. En mayo de 1861, miembros de la KGC y los Confederate Rangers atacaron un edificio que albergaba un periódico pro-Unión, el Alamo Express, propiedad de J. P. Newcomb, y lo quemaron. Otros miembros de KGC siguieron al General de brigada Henry Hopkins Sibley en la Campaña de Nuevo México de 1862, que buscaba llevar el Territorio de Nuevo México al redil confederado. Tanto Baylor como Trevanion Teel, el capitán de artillería de Sibley, habían estado entre los miembros del KGC que viajaban con Ben McCulloch.

Pese a lo pudiera parecer, no todos los caballeros eran sureños. A principios de 1862, Republicanos radicales en el Senado, ayudados por el Secretario de Estado William H. Seward, sugirieron que el expresidente Franklin Pierce, quien era muy crítico con las políticas de guerra de la administración Lincoln, era un miembro activo de los Caballeros del Círculo Dorado, si bien él lo negó rotundamente.

Apelando a los amigos de la Confederación tanto en el norte como en los estados fronterizos, la Orden se extendió a Kentucky, así como a las partes del sur de estados de la Unión como Indiana, Ohio, Illinois, y Misuri. Se hizo más fuerte entre los Copperheads (un tipo de serpiente venenosa), que eran demócratas que querían poner fin a la Guerra Civil a través de un acuerdo con el Sur, oponiéndose al reclutamiento obligatorio y escondiendo a los desertores, lo que desencadenó su represión por el gobierno federal con múltiples detenciones.

Al comenzar la Guerra de Secesión, el KGC participó activamente, tanto en el plano institucional como en el individual, aunque en el primer caso la sociedad se vio envuelta en un turbio asunto de estafa con la emisión de bonos a su nombre cuando estafadores en el centro-sur de Pensilvania vendieron a los Pennsylvania Dutch (descendiente de emigrantes alemanes) boletos de papel de $ 1 a los granjeros supuestamente en nombre Caballeros de el Círculo Dorado. Junto con una serie de gestos y manuales secretos, se suponía que estos boletos protegían los caballos y otras posesiones de los poseedores de boletos de la incautación por parte de los soldados confederados invasores, cosa que no ocurrió.

A finales de 1863 se produjeron una serie de cambios tras una reorganización de su estructura que dejó fuera al fundador quien fuera sustituido por Clement L. Vallandigham el más prominente de los Copperheads, como su comandante supremo, quien reorganizó la orden comenzando con un nuevo nombre: Orden de los Caballeros Americanos, si bien poco después volvía a trocarse por el de Orden de los Hijos de la Libertad.

Breve Historia Desconocida: El Círculo Dorado.
Clement L. Vallandigham (centro) junto a otros líderes Copperhead.
Library of Congress, Washington, D.C.

Así, según algunas fuentes, en aquel momento la orden llegó a sumar unos trescientos mil miembros, pero su momento había pasado ya. La potencia industrial de la Unión y sus continuas victorias en el frente, que decantaban claramente la contienda hacia su lado, llevaron a la sociedad a la disolución a despecho de los sectores más extremistas, no obstante, minoritarios.

En la mayoría de los territorios, solo una minoría de sus miembros tenía la suficiente influencia radical como para desalentar los alistamientos, resistir el reclutamiento y proteger a los desertores. El KGC celebró numerosas reuniones de paz. Algunos agitadores, algunos de ellos alentados por el dinero sureño, hablaron de una revuelta en el Territorio del Noroeste, con el objetivo de poner fin a la guerra.

Como consecuencias del final de conflicto, Bickley, que servía como cirujano militar, estuvo en prisión desde el verano de 1863 hasta el otoño de 1865, acusado de espionaje y dudosas leyendas lo relacionaban como uno de los conspiradores del asesinato de Lincoln, y el intento de hacer otro tanto con Ulysses Grant y un de organizar un plan para iniciar una nueva secesión, financiándola con un tesoro enterrado por partes a lo largo del país, esperando el momento propicio, para ser utilizado para financiar una segunda Guerra de Secesión