Mes: abril 2024

Peter Cushing con lupa.

La lupa fue un elemento que Peter Cushing pareció utilizar durante su carrera en un número considerables de sus películas, y no sólo porque interpretara al más famoso asistente investigador de la historia, Sherlock Holmes. Este fue un artilugio que le permitió ampliar aún más sus ojos azules. Con este atrezo elevaba su representación del investigador y del científico, que con eterna curiosidad resaltaba su actuación.

Peter Cushing con lupa.
La maldición de Frankestein (1957) Terence Fisher

Fotograma de Peter Cushing en La maldición de Frankestein (1957) Terence Fisher, donde interpreta al doctor Victor Frankenstein. El fotograma corresponde a una escena en donde el doctor está examinando unos restos para su macabro experimento de dar vida a los muertos.

Peter Cushing con lupa.
Top Secret! (1984) David Zucker, Jerry Zucker, Jim Abrahams

Peter Cushing en su aparición en Top Secret! (1984) David Zucker, Jerry Zucker, Jim Abrahams donde regentaba una librería tapadera de espías. Y el humor de los hermanos Zucker, hacía destacar un juego de lentes al descubrir que la alteración de la lente en realidad era una alteración física.

El Blaster de Han Solo

El Blaster de Han Solo

La pistola blaster que usa el personaje de Han Solo, modificada para el rodaje de Star Wars (1977) George Lucas, fue usada anteriormente por Oliver Reed in Sitting Target (1972) Douglas Hickox.

El arma, un Mauser Schnellfeuer con mira telescópica usado por Oliver Reed fue creado por Bapty & Co., una compañía británica que proporcionaba armas de utilería a la industria cinematográfica en el Reino Unido. La misma arma de utilería Mauser fue utilizada en las películas Brannigan (1975) Douglas Hickox y The Disappearance (1977) Stuart Cooper.

Breve Historia Desconocida: Samuel Rowbotham y el terraplanismo.

¿Alguna vez te has preguntado quiénes fueron los pioneros detrás de las controvertidas teorías de la Tierra plana? Bien, déjame presentarte a Samuel Rowbotham y el terraplanismo, una figura clave en la promoción de esta perspectiva alternativa sobre la forma de nuestro planeta.

La Historia de Samuel Rowbotham.

Rowbotham nació en Londres en 1816. ​Desde joven se mostró piadoso pero rebelde. A los 7 años comenzó a dudar de las ideas de Newton y fue azotado tras tratar de escabullirse de un programa sobre el sistema del universo que se realizó en su escuela. Poco después fue enviado a vivir donde su abuelo paterno que era admirador de Newton. A medida que crecía, Rowbotham estudió la Biblia y encontró en dicho libro la confirmación de sus sospechas astronómicas. Sin embargo, para Rowbotham, la religión no se debía impulsar basándose en una creencia sino demostrándolo científicamente.

Samuel Rowbotham y el terraplanismo

Luego leyó ampliamente la literatura científica popular y asistió a conferencias sobre diversos aspectos de la ciencia. En esa época, Rowbotham abrazó las ideas del socialista Robert Owen dando, a veces, conferencias a grupos de owenitas sobre temas científicos demostrando ser un orador talentoso. Rowbotham comenzó como organizador de una comuna owenita en The Fens, donde formuló sus ideas sobre la Tierra. Después de medir la falta de curvatura en las zanjas de drenaje largas y rectas del río Bedford en su primer experimento del nivel del Bedford, se convenció de la planicidad de la Tierra y comenzó a dar conferencias sobre el tema.

Se tomó un poco de tiempo para aprender su oficio, huyendo de una conferencia en Blackburn cuando no pudo explicar por qué los cascos de los barcos desaparecían ante sus mástiles cuando navegaban mar adentro.

Bajo el seudónimo de Parallax, Rowbotham se convirtió en un agitador intelectual, desafiando la noción predominante de que la Tierra es una esfera. Inspirado por las observaciones del mundo que lo rodeaba y motivado por un deseo de explorar las verdades ocultas detrás de la ciencia aceptada, se lanzó a una búsqueda para descubrir la verdadera naturaleza de nuestro planeta.

En un tiempo en que la ciencia y la religión estaban en constante conflicto, Rowbotham adoptó una posición única. Aunque se presentaba como un librepensador, su esfuerzo por desafiar el dogmatismo científico estaba profundamente arraigado en su fe en la infalibilidad de la palabra de Dios en asuntos geográficos y cosmológicos. Esta dualidad en su enfoque lo convirtió en una figura fascinante y controvertida en el mundo intelectual del siglo XIX.

Con una mente aguda y una determinación inflexible, Rowbotham se convirtió en un pilar para aquellos que cuestionaban las verdades aceptadas y buscaban respuestas más allá de los límites de la ortodoxia científica.

La obra más influyente de Rowbotham: «Astronomía Zetética: La Tierra no es un Globo«.

Publicada en 1865, Asstronomía Zetética: La Tierra no es un Globo se erige como un monumento intelectual en la carrera de Samuel Rowbotham. Esta obra trascendental no solo desafía la noción convencional de una Tierra esférica, sino que también propone una visión alternativa radical: la Tierra como un disco plano.

En las páginas de este libro, Rowbotham presenta una serie de argumentos que sacuden los cimientos de la cosmología aceptada. Utilizando observaciones cotidianas y experimentos simples, desafía la explicación tradicional de la gravedad como fuerza que moldea nuestro planeta en una esfera. En cambio, propone una explicación diferente para los fenómenos observados, sugiriendo que la Tierra es un disco plano que se extiende más allá de los horizontes convencionales.

Al rechazar la noción de una Tierra esférica, Rowbotham desafía no solo las creencias arraigadas de su tiempo, sino también los principios fundamentales de la física y la astronomía. Su audaz afirmación de un mundo plano despierta la curiosidad de aquellos que buscaban explorar nuevas fronteras en la comprensión del universo.

Astronomía Zetética: La Tierra no es un Globo no solo es un desafío intelectual, sino también un llamado a la acción para aquellos que se atreven a cuestionar las verdades aceptadas y explorar las posibilidades más allá de los confines de la ortodoxia científica. En las páginas de este libro, Rowbotham invita al lector a un viaje de descubrimiento y exploración.

Samuel Rowbotham fundó la «Sociedad Zetética» en la tumultuosa década de 1860 en Inglaterra, una entidad destinada a promover su controvertida visión de una Tierra plana. Con el objetivo de respaldar su teoría con experimentos y observaciones, Rowbotham buscaba desafiar las nociones establecidas sobre la forma de nuestro planeta.

La Sociedad Zetética, fue un movimiento que buscaba promover una visión alternativa sobre la forma de la Tierra y fomentar la investigación independiente en este campo. La sociedad atrajo a un grupo diverso de individuos interesados en explorar nuevas perspectivas sobre la cosmología. Aunque la Sociedad Zetética logró reunir a un número significativo de seguidores comprometidos, su influencia nunca alcanzó una aceptación generalizada dentro de la comunidad científica de la época.

A pesar de ello, sus miembros llevaron a cabo una serie de experimentos y observaciones destinados a respaldar la teoría de la Tierra plana y cuestionar las concepciones predominantes sobre la forma de nuestro planeta. A través de la Sociedad Zetética, se realizaron mediciones meticulosas y observaciones detalladas, todas diseñadas para desafiar las interpretaciones convencionales de la geografía y la cosmología. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la sociedad no logró cambiar significativamente la opinión científica dominante de la época.

Samuel Rowbotham y el terraplanismo

Aunque enfrentaba una evidente paradoja entre su autoproclamado librepensamiento y su arraigada fe religiosa, Rowbotham no se detuvo en las sutilezas filosóficas. En cambio, se esforzó por transformar su visión del mundo en un paradigma científico, rechazando los mitos convencionales sobre los límites del mundo, como cascadas, abismos infernales y criaturas colosales, considerándolos meras fantasías indignas de la atención de eruditos o fervientes cristianos.

La teoría de Parallax postulaba una Tierra plana, con el hielo antártico como su límite que impedía que los océanos se derramaran. Para él, el anillo exterior antártico no era simplemente una barrera física, sino el umbral entre el mundo conocido y el vacío del espacio. Argumentaba que ningún barco había logrado circunnavegar la Antártida sin perder de vista los hielos, lo que evidenciaba la longitud de la circunferencia del muro exterior congelado.

Estas ideas desafiaban las convenciones náuticas y geográficas aceptadas, sosteniendo que los marinos podían navegar exitosamente debido a que sus mapas eran planos; cualquier intento de navegación basado en una Tierra esférica, según Parallax, conduciría inevitablemente al extravío o al encallamiento en arrecifes.

Samuel Rowbotham y el terraplanismo

Fallecido el 23 de diciembre de 1884, el legado de Samuel Rowbotham, aunque ampliamente ridiculizado por la comunidad académica, no desapareció por completo tras su muerte. A pesar de que sus ideas eran consideradas hilarantes por aquellos con una formación sólida en ciencia, encontraron un inesperado refugio en ciertos círculos adinerados del Reino Unido. Algunos de estos seguidores, decididos a mantener viva la llama del terraplanismo, se dedicaron a reeditar sus obras, introduciéndolas incluso en Norteamérica bajo el intrigante título de «Sentido común«.

Curiosamente, la teoría de que el fin de la Tierra es un muro de hielo encontró una recepción especialmente cálida en ciertas comunidades evangélicas, que no solo abrazaron la idea, sino que también la adornaron con nuevas y pintorescas descripciones del supuesto disco terraplanista. A pesar de lo increíble que pueda parecer, las teorías de Parallax han persistido a lo largo del tiempo, encontrando adeptos incluso en la era de internet.

De hecho, la era digital ha dado un impulso renovado a estas ideas, proporcionando a los seguidores de Parallax una plataforma para discutir y promover sus creencias. Las páginas web dedicadas al terraplanismo son un verdadero tesoro de comedia involuntaria, donde se debaten con fervor los detalles más extravagantes de la cosmología terraplanista.

La sugerencia de un gran debate televisado entre los seguidores de Parallax, los defensores de la Tierra plana y los partidarios de la Tierra hueca, plantea una imagen que es tanto intrigante como cómica. ¿Quién sabe qué podría surgir de tal confrontación de ideas? Mientras tanto, podemos ir preparando nuestras palomitas y esperar que alguien recoja el guante para organizar este espectáculo intelectual único.

Doce años de nada

cup filled with coffee near book

Han pasado ya doce años desde que comencé esta aventura con este blogs. Doce años que, como bien indica el título de esta entrada, podrían resumirse en «doce años de nada». Es curioso cómo el tiempo puede llevarnos por caminos inesperados, alejándonos de las intenciones originales que tuvimos al comenzar una empresa como esta.

Recuerdo el impulso inicial, la chispa creativa que me llevó a iniciar este proyecto. Quería crear un espacio personal, detallado, donde compartir mis pensamientos, intereses y descubrimientos de una manera única. Recordaba con añoranza un blog anterior que había mantenido en Blogger, donde había logrado cultivar ese estilo más íntimo y personal que ahora parecía haberse desvanecido en el tiempo.

Sin embargo, conforme los años avanzaron, el panorama de internet cambió drásticamente. Los blogs, que alguna vez fueron el epicentro de la expresión individual en línea, cedieron su lugar a las redes sociales. Fue entonces cuando me vi arrastrado por la marea de esta transformación y aterricé en Tumblr.

En Tumblr, encontré un nuevo hogar para mis ideas y mis intereses. Alternaba entre este blog y mi actividad en la red social, compartiendo contenido relacionado con el cine, la literatura y la cultura popular. Parecía que había encontrado el equilibrio perfecto entre mi pasión por la escritura y mi amor por el arte en todas sus formas.

Pero, como suele suceder en el mundo digital, las cosas cambiaron una vez más. Tumblr, que en un momento fue el rey indiscutible de la creatividad en línea, comenzó a perder terreno frente a otras plataformas más modernas y dinámicas. Mis dos tumblrs, uno centrado en el cine y otro en la cultura popular, parecían cada vez más anacrónicos en medio del vertiginoso flujo de contenido de las redes sociales.

Fue entonces cuando decidí fusionar todas mis pasiones en un único espacio: este blog. Comencé a explorar la intersección entre el cine y la literatura, encontrando conexiones fascinantes entre dos formas de arte aparentemente dispares. Este enfoque dio forma al contenido de mi blog durante los últimos años, convirtiéndolo en una amalgama de reseñas de películas, análisis literarios y reflexiones culturales.

Sin embargo, a pesar de esta aparente cohesión temática, mi blog carece de un hilo conductor claro. Mis publicaciones son un collage caótico de ideas y pensamientos, sin un objetivo creativo definido. Es como si hubiera perdido de vista la visión original que me impulsó a comenzar esta aventura en primer lugar.

Pero incluso en medio de esta incertidumbre creativa, hay algo hermoso en la idea de «doce años de nada». Porque, al final del día, este blog no se trata tanto de llegar a un destino específico como de disfrutar del viaje en sí mismo. Cada entrada, cada publicación, es un pequeño fragmento de mi vida, una cápsula del tiempo que captura mis pensamientos, mis pasiones y mis experiencias en un momento dado.

Así que, aunque pueda parecer que he pasado doce años dando vueltas en círculos, en realidad he estado tejiendo un tapiz único y personal que refleja quién soy y cómo veo el mundo que me rodea. Y eso, en última instancia, es lo que hace que este viaje valga la pena.

Bruce Campbell as The Doctor

Bruce Campbell as The Doctor

Bruce Campbell decidió divertirse un poco con su cuenta de Twitter el Día de los Inocentes en EEUU, el 1 de abril de 2016. Publicó un cartel de «anuncio» en el que protagonizaría una versión estadounidense de Doctor Who para el canal SYFY. Dada la fecha, muchos fanáticos se dieron cuenta de inmediato de su artimaña, aunque eso no les impidió soñar con las maravillas de un especial de Bruce Campbell Doctor Who.