Al Borde del Spoiler: La Nebulosa de Andromeda (Tummanost Andromedy) (1967) dirigida por Yevgeni Sherstobitov, con guion de Ivan Yefremov, basado en su propia novela homónima, publicada en 1957. A Yefremov se le reconoce el mérito de marcar un cambio de rumbo en la literatura fantástica soviética después de los años de plomo de Stalin – hasta ese entonces, los relatos tenían lugar en futuros muy cercanos y se centraban en detalles menores, como si la censura y la volatibilidad de la Guerra Fría se cerniera sobre la imaginación de los escritores coartando sus historias -.
Con La Nebulosa de Andrómeda Yefremov devolvía las visiones utópicas y el lirismo que siempre caracterizó a la ciencia ficción soviética, y en 1967 se planeó rodar una serie de filmes basados en su obra. Lamentablemente la película que nos ocupa no pasó de ser debut y despedida, y uno siente al final del relato que quedan personajes e historias descolgados, en espera de un futuro desarrollo. Aún sin ser exactamente auto conclusiva, “Tummanost Andromedy” es interesante, no sólo por los valores de producción (siempre de alta calidad en los filmes soviéticos), sino por tener un par de escenas de suspense bien construidas.
La película interpretada por Sergei Stolyarov (Dar Veter), Vija Artmane (Veda Kong), Nikolai Kryukov (Erg Noor), Tatyana Voloshina (Niza Krit), Lado Tskhvariashvili (Mven Mas), es un muy buen filme para los standares soviéticos. No es una película para cualquiera, ya que no hay acción y la trama se reduce a diálogos e investigación de misterios, la calidad del filme, resulta recomendable aunque no más no sea que como simple curiosidad.
Existen dos hilos de historias: una en la Tierra, en una utopía que pasa por una reencarnación de la cultura griega, con gente en togas dedicada a la ciencia, usando de escenario un estadio olímpico, y aplicando un esquema de tutelaje entre jóvenes discípulos y veteranos maestros, que involucra un triángulo amoroso entre un grupo de científicos. La otra subtrama es la del viaje espacial propiamente dicho, como toda tripulación soviética, estos cosmonautas son unos idealistas, explorando el universo en busca de inteligencia alienígena con la cual compartir ideas. Así cuando la astronave “Tantra” se descompone y se ve obligado a bajar en la luna de la Estrella de Hierro, se topan con una nave alienígena y con unas extrañas criaturas.