Breve Historia Desconocida: Bombardeo de La Línea de la Concepción durante la II Guerra Mundial

Breve Historia desconocida: Bombardeo de La Línea de la Concepción

BOMBARDEO DE LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL.

Breve Historia desconocida: Bombardeo de La Línea de la Concepción
Gibraltar 1941

Adolf Hitler firmaría la Directiva 18 el 12 de noviembre de 1940. En este documento enunciaba el plan orquestado para la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial y para la toma de Gibraltar.

Según planearon, Mussolini debía avanzar en el norte de África hacia Egipto y el canal de Suez, lo que unido a la toma del Peñón, debía convertir el Mediterráneo un placido lago para el Eje. Desde el inicio de la guerra Gibraltar se había convertido en objetivo primordial, pero no fueron la aviación alemana quien diera el mayor golpe, sino que fuesen los franceses. Venían rabiosos porque los ingleses les habían hundido gran parte de la flota en Mers el Kebir.

De esta manera, 83 bombarderos franceses aparecieron sobre el cielo de Gibraltar para devolverles la jugada los ingleses, aquello ocurrió el 24 de septiembre de 1940. A los franceses les había hecho ni pizca de gracia que Churchill convirtiese a 1.300 marineros en alimento para peces. Según relataba el periódico ABC, “cayeron cien bombas que dejaron Gibraltar bastante destrozada”, algunas de 1.500 kilos.

Pero en La Línea de la Concepción, tenían entre manos otras distracciones. Aquel verano de 1941 los linenses se preparaban con ilusión para ver renacer su Velada, unas fiestas locales, cuya última edición se había visto trágicamente interrumpida por la Guerra Civil.

En aquellos días la población de La Línea se preparaba para dejar a un lado, por unos días, sus penalidades cotidianas. Las entidades más representativas estudiaban la preparación de sus casetas. Todos los cafés, bares y comercios esperaban que todo aquello se dejase notar devolviendo a la ciudad parte de su perdida vitalidad. Incluso volvían a abrir la plaza de toros y los aficionados comenzaban a hacer pronósticos sobre las figuras que podrían componer el siempre atractivo cartel de toros de la Velada linense. Aquel año al final el cartel se montaría con los diestros Vicente Becerra, Juanito Belmonte y Pepe Luis Vázquez.

Pero por simple situación geográfica, que la localidad estuviera ubicada junto a Gibraltar, separados del principal objetivo de guerra por una barrera fronteriza y un campo neutral. Así la noche del 11 al 12 de Julio de 1941, la tragedia quedaría marcada para siempre en la historia de la ciudad.

Los italianos realizaron su primera incursión sobre la colonia británica durante aquel mismo verano. Sus aviones habían despegado desde aeródromos en situados en Cerdeña y usando aviones Savoia-Marchetti SM.8., todo ello con un escuadra de solo dos aviones..

Con estas incursiones aéreas cumplían con el expediente con su aliado germano, así de cuando en cuando mandaban un avión, dos… o tres (su mayor escuadra fue de 10 aviones del 132º Gruppo Autonomo Aerosiluranti, el 19 de julio de 1942).

A más de tres mil kilómetros de distancia, en las pistas de un aeródromo italiano, un solitario Savoia Marchetti SM-82 “Marsupiale” se preparaba para su misión. Habían cargado, fijadas al fuselaje, tres mortíferas bombas que el aparato debía llevar desde la isla de Cerdeña hasta la Bahía de Algeciras.

Su objetivo seguramente era hundir alguno de los mercantes atracados en el puerto de la colonia. Sobre las tres de la madrugada del sábado 12 de julio, el SM-82 fue descubierto por los sistemas de detección acústica de la Roca y casi de inmediato soltaba sus tres enormes bombas. Tal vez fuese a causa del fuerte viento de poniente, tal vez fue un trágico error de puntería o su temor a los sistemas antiaéreos británicos, pero lo cierto es que las tres bombas lanzadas por los italianos aquella noche no cayeron sobre los mercantes ingleses, sino en La Línea de la Concepción.

Dos de ellas no hicieron explosión, quedando medio enterradas en las dunas de la playa de Poniente, pero la tercera haría blanco en la esquina que forman las calles Duque de Tetuán y López de Ayala, a la altura de los números 10 y 3 respectivamente según la numeración en vigor de entonces.

Breve Historia desconocida: Bombardeo de La Línea de la Concepción
Calle Duque de Tetuán, viviendas destruidas por la bomba.

La explosión afectó a tres viviendas, ocupadas por la familia Caballero, la viuda de Valdés y sus hijos y la familia Ruiz-Sánchez. A pesar de que estas tres propiedades quedaron reducidas a escombros, el hecho de que la bomba cayese dentro de un pozo había evitado un desastre aún mayor. Aún así, la sacudida de la onda expansiva se haría sentir a muchos metros de distancia. Desde entonces a ese lugar se le conoció como El Patio de la Bomba.

La explosión había destrozado el tendido eléctrico y no había luz. Para facilitar la labor de desenterrar las victimas se sirvieron de los focos de unos camiones militares. Soldados, policías y civiles, algunos de ellos familiares de los que permanecían enterrados, ayudaron en las labores de desescombro. Poco a poco fueron apareciendo las primeras víctimas de aquella tragedia. Los cuerpos de cinco personas: María Caballero Hidalgo, Tomás Caballero Hidalgo, Joaquina Morilla Vega, Julia Rojas Torres y José Luis Valdés Díaz fueron sacados sin vida; también hubo muchos heridos, y los casos más graves, fueron conducidos al Hospital Municipal. El resto fueron atendidos allí mismo.

Tras el bombardeo de La Línea de la Concepción, la ciudad quedó conmocionada por la tragedia de aquella noche. Se decretó día de luto, y entre otras resoluciones, se acordó que todos los actos programados con motivo de la apertura oficial de la Velada quedarían aplazados hasta el domingo.

El sábado 12 de julio, con la presencia del Gobernador Civil y las autoridades municipales, tuvo lugar el sepelio de las víctimas en el cementerio de San José. Varios miles de personas acompañaron a La comitiva fúnebre a lo largo de su recorrido por las calles de la ciudad.

Las otras dos bombas arrojadas aquella noche habían caído sin hacer explosión en la playa de Poniente. Sin dar demasiada publicidad al hecho y tras identificar estos artefactos como italianos, las autoridades españolas se limitarían a plantear una protesta oficial ante los representantes de Mussolini.

A pesar de todo, las madrugadas de los siguientes días (domingo día 13, lunes 14 y martes 15), el SM-82 repetiría sus incursiones contra la Bahía, fastidiando las tres primeras noches de feria que los linenses vivían desde hacía un lustro.

La madrugada del martes 15 los reflectores lograron localizar de nuevo al bombardero enemigo, el cual, ante el fuego antiaéreo, se apresuraría a virar hacia Campamento deshaciéndose de su carga. Esta vez dos de las bombas estallaron en las cercanías de las antiguas pistas del campo del Polo, mientras que una tercera quedaba encajada en las arenosas riberas del rio Cachón.

Así mismo, la madrugada del 17, nuevamente tres bombas fueron soltadas, cayendo al mar y las otras por la cara este del Peñón, en dirección al mar de Levante. En las calles de La Línea cayeron trozos y cascotes de proyectiles antiaéreos.

Según fuentes italianas, desde el bombardeo de La Línea, las incursiones posteriores de los SM-82 habían sido contestadas por fuego antiaéreo procedente de territorio español. Según afirman aquello era una muestra de sus deseos de vengar las muertes de sus compatriotas, aunque lo más lógico es pensar de que en realidad no era más que un intento de hacer respetar el espacio aéreo, como se había hecho en ocasiones anteriores con los aviones franceses.

Los tres días siguientes, los aparatos italianos volvieron a violar el espacio aéreo español y volvieron a soltar nuevamente sus bombas en suelo español sin causar afortunadamente ninguna baja.

Al finalizar la guerra, el gobierno italiano pagaría una indemnización de 250 mil dólares por los daños causados por la Segunda Guerra Mundial a personas y bienes de nacionalidad española en La Línea de la Concepción, así como otra clase de daños causados por hechos de guerra a personas y bienes españoles en el territorio de soberanía española o en el mar. Esta cantidad serviría para amortizar parte de la deuda contraída por España ante Italia durante la Guerra Civil.

En consecuencia, fue finalmente el Estado español quien se tendría que hacer cargo de efectuar el pago de las indemnizaciones a las familias de los fallecidos, cubrir los gastos médicos de los heridos y a la restitución a los afectados por la pérdida de sus bienes.

En la actualidad, la Plaza de España de Sevilla alberga una gran bomba FF italiana que no llegó a explotar lanzada «por error» o temor sobre La Línea de la Concepción.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Información básica sobre protección de datos Ver más

  • Responsable: Carlos A, Carmona Peral.
  • Finalidad:  Moderar los comentarios.
  • Legitimación:  Por consentimiento del interesado.
  • Destinatarios y encargados de tratamiento:  No se ceden o comunican datos a terceros para prestar este servicio. El Titular ha contratado los servicios de alojamiento web a GoDaddy que actúa como encargado de tratamiento.
  • Derechos: Acceder, rectificar y suprimir los datos.
  • Información Adicional: Puede consultar la información detallada en la Política de Privacidad.