Glen A. Larson. La ciencia ficción en tv.
La noche del pasado viernes 14 de noviembre falleció a los 77 años el mítico productor y guionista Glen A. Larson, una de las figuras más importantes del mundillo durante las décadas de los 70 y 80. Larson, cuyo fallecimiento fue anunciado por su hijo James, nos dejó en el centro médico de la UCLA, en el distrito de Santa Mónica, perteneciente a la ciudad de Los Angeles.
Se da la circunstancia de que antes de ser guionista, Larson comenzó su carrera artística como cantante en el grupo pop The Four Preps, una experiencia que no cayó en saco roto, pues él mismo compuso algunas de las sintonías de sus series, como la de «El coche fantástico».
Como escritor debutó en la mítica serie de «El fugitivo», pistoletazo de salida para una carrera fulgurante donde comenzó a trabajar en series como «Ladrón sin destino» o «Los dos mosqueteros». No sería hasta 1978 (con la fiebre Star Wars en pleno apogeo) cuando crearía “Battlestar Galactica”, de la que también sería productor, y que luego fue revisitada por Ronald D. Moore para el canal Syfy, un clásico para los amantes del género.
Ya en la década de los 80 su talento se desbordó para ofrecernos seres médicas como «Trauma Center» (una avanzadilla de lo que luego fue Urgencias), “Quincy” (una de asesinatos tipo CSI) o Automan.
Sin embargo, por la que será eternamente recordado es por “El coche fantástico”, serie que llegó en 1982 y que marcó un antes y un después en la televisión. David Hasselhoff interpretaba a Michael Knght, un hombre que trabajaba para una organización secreta cuya misión es hacer el bien, y que cuenta con la ayuda de KITT, el coche con inteligencia propia. La calidad de la serie puede ser discutible, pero para la época fue pionera, además de ser realmente entretenida. Tampoco tenía mayores pretensiones.
Tampoco podemos olvidar «Magnum P.I.“, la serie en la que Tom Selleck daba vida a un investigador privado de Hawaii, que se mantuvo ocho temporadas en antena. Como curiosidad, Selleck rechazó el papel de Indiana Jones al no poder compatibilizarlo con su trabajo en la serie, por lo que fue sustituido por Harrison Ford.
Larson hacía series que divirtieran al público. Esa era su filosofía de trabajo, como quedó claro en una declaraciones que éste realizó para la revista TV Archive: «Mis series eran divertidas, tenían una dosis de humor bastante razonable y todas tocaron la fibra en la corriente mainstream. Lo que no íbamos a hacer era llenar un estante de premios Emmys, teníamos un montón de nominaciones, pero nuestras series estaban hechas para llegar al corazón de la audiencia. Me gustaría pensar que al menos llevamos una gran cantidad de entretenimiento a las salas de estar”.