Al Borde del Spoiler: Aelita (Аэлита) (1924) Yákov Protazanov
Película muda dirigida por Yákov Protazanov en los estudios Mezhrabpom-Rus, también conocida como “Aelita: Reina de Marte”, y estrenada en 1924. Está basada en la novela del mismo nombre escrita por Alekséi Nikoláyevich Tolstói.
Es con probabilidad la primera película que trata por completo sobre viajes espaciales, la parte más notable de la película son los escenarios y vestuarios constructivistas Marcianos diseñados por Aleksandra Ekster. Su influencia puede verse en varias películas posteriores, incluso en las series de Flash Gordon y probablemente en la película “Metropolis” de Fritz Lang. Muy popular al principio, la película no fue muy favorecida por el gobierno soviético y por eso ha sido muy difícil de ver hasta después de la Guerra Fría.
La película de Protazanov no ve la revolución como una herramienta para el desarrollo, sino de reconstrucción, la Revolución Rusa no es el telón para la película, sino la Nueva Política Económica de Lenin, el apacible período de capitalismo que usó para la reconstrucción tras la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Rusa.
Basado en la novela homónima de Alekséi Nikoláyevich Tolstói (10 de enero de 1883 – 23 de febrero de 1945), escritor ruso-soviético autor de escritos de muchos géneros pero especializado en la ciencia ficción y novelas históricas.
De familia noble, nació en Nikoláievsk en 1883. Sobrino de León Tolstói, cursó escuela secundaria en Samara y los estudios superiores en el Instituto Tecnológico de San Petersburgo, tras terminar la carrera se dedicó a la literatura. En un principio cultivó la poesía de tendencia simbolista (Lírica, 1907). Posteriormente se apartó de ella (Los ríos azules, 1912).
Destacó, no obstante, como prosista, sobre todo con sus relatos del ciclo La Región del Volga (1910-1911), para los cuales tomó como modelos literarios a Iván Turguénev, a Lev Tolstói y a Gógol. Entre 1914 y 1916 fue corresponsal de guerra. Luego se dedicó a la comedia (La fuerza demoníaca, Oscurantistas, 1917).
Hostil a la revolución de Octubre, en 1918 emigró, pero en 1923 rectificó su posición, volviendo a su país. Entre los otros escritores soviéticos su mote era ‘El conde camarada’, y fue uno de los pocos nobles a los que se permitió el uso de su título durante la época de Stalin.
Escribió la Infancia de Nikita, novela autobiográfica; la trilogía Peregrinación por los caminos del dolor (1920-1941); relatos sobre el paso de la guerra a la vida civil (a este tipo pertenece La víbora); el drama Iván el Terrible, y su gran novela histórica (cuya tercera parte quedó sin terminar) Pedro I, en la que estuvo trabajando diez y seis años, de 1919 a 1935. Su auténtica relevancia fue como escritor de ciencia ficción. Mezclas de utopía y comentario social,destacan dentro del género El hiperbólido del ingeniero Garin (1925), La rebelión de las máquinas (1924) y sobre todo Aelita (1923) son obras pioneras de este género.
Aelita es la novela de aventuras espaciales de la revolución soviética. Es como una princesa de Marte pero sin John Carter. Cuenta la historia del ingeniero Loss y del revolucionario Gúsev, ardiente sóviet, que, tras recibir unas supuestas señales de radio de Marte, se embarca en un viaje a este planeta, donde se encuentra con una civilización semi-desarollada, y bajo el reinado de Aelita.
Como historia de aventuras comparable con los clásicos de Julio Verne o Las minas del rey Salomón, la obra de Tolstói consigue mezclar supersticiones y teoría social, el futuro, el viaje interplanetario, y la luchas de clases. Escrita en 1923, la novela plasma de manera definitiva lo que se esperaba de una utopía dramática revolucionaria. La novela de Tolstoi, lejos de exportar la revolución a otros países del mundo, la manda al espacio, para empezar, al cercano Marte, poblado por una raza de descendientes de los atlantes que acogerá con alegría a los viajeros y se dejará influenciar por sus ideas y avances.
En la novela no hay la menor traza de marxismo y sólo el hecho de que la literatura soviética no pueda pasar de los clásicos explica que Aelita haya sido reconocida oficialmente como la primera obra maestra de la ciencia-ficción soviética.