Fórmula 1 ha hecho oídos sordos a las protestas de la oposición de Bahrein y de varios parlamentarios británicos. Habrá carrera este fin de semana mientras las fuerzas de seguridad reprimen a los que piden democracia en la calle. Todo es dinero y entretenimiento. Sería un gesto exagerado pedir que eso que llaman el circo de la carreras tuviera que suspenderse sólo porque el régimen utiliza el espectáculo para tapar las torturas, la detención de activistas pacíficos y las condenas a los médicos que atendían a los heridos por la represión.