Sir Mark Thatcher, hijo de la que fuera primera ministra británica, y recientemente fallecida, Margaret Thatcher, fue detenido el 24 de agosto de 2004 en Ciudad del Cabo (suroeste de Sudáfrica) por su presunta implicación junto a un grupo de mercenarios en un intento de golpe de estado en Guinea Ecuatorial.
En 2009 el mercenario británico Simon Mann, que incluso llegó a acusar al ex presidente español José María Aznar de participar en el golpe de estado de contra Teodoro Obiang, acusó a su vez al hijo de Margaret Thatcher. Mann dijo en declaraciones al diario The Guardian que pensaba denunciar ante la justicia a Sir Mark Thatcher y al empresario Eli Calil, como anteriormente ya hiciera en su declaración a Scottland Yard.
Durante el juicio al que fue sometido en Guinea, Mann, ex capitán del SAS (Special Air Service), ex alumno del aristocrático colegio de Erton y millonario, aseguró haber sido reclutado por el hijo de la ex primera ministra. Según su testimonio, Thatcher le presentó al multimillonario Calil en una reunión en Londres. “Por lo que a mí respecta, estoy impaciente de que Calil, Thatcher y otros más se enfrenten a la justicia”, afirmó en se momento Mann al diario británico.
El fallido golpe de estado en Guinea Ecuatorial del año 2004 demuestra una realidad de nuestros días, el de mercenarios que trabajan al servicio de cheques y comisión de los intereses de las altas esferas de empresas, compañías y estados, todos ellos en una malas de relaciones, todas ellas fuera del llamado derecho internacional. En este caso concreto, la trama es orquestada por un multimillonario, Eli Calil, y ejecutada por el ya nombrado Michael Mann, involucrando a personalidades como Lord Jeffrey Archer y, al protagonista de este relato Sir Mark Thatcher, el hijo de la Dama de Hierro.
Mark Thatcher fue juzgado por su apoyo al intento de golpe de estado, por aquella época, 2004, vivía en Sudáfrica, y era muy amigo de Simon Mann. Ambos compartían una vida de coches de lujo, mansiones y fiestas en Ciudad del Cabo. Eran parte de la jet set local. El único hijo varón de Margaret Thatcher nunca destacó por sus logros intelectuales. No consiguió superar los exámenes finales de la universidad para poder graduarse como contable. Quienes lo conocían afirman que no era “demasiado brillante”. Durante una edición del rally París-Dakar pasó seis días perdido en el desierto.
Pero tener una buena familia, y que tu madre fuera la primer ministro del Reino Unido ayuda a tener contactos. Estos contactos le sirvieron para conseguir su propia fortuna. Así en 1981, mientras su madre realizaba una visita de estado a Omán, Mark aprovechó para cerrar un contrato de 600 millones de dólares para construir la universidad de aquel país.
Su esfuerzo en la labor de intermediario en una operación de ventas de armamento por un montante 25 mil millones de dólares a Arabia Saudí, le permitió recibir una comisión bastante suculenta, nada menos que 15 millones de dólares, y estamos hablando de la década de los ochentas. Otra transacción del mismo calibre, en este caso, venta de armamento al sultán de Brunei terminó por convertirlo en multimillonario, esta operación desató incluso un escándalo en el Reino Unido, llegando el caso incluso al parlamento británico.
En su papel como elemento encargado de financiar el golpe de estado, Thatcher no aportó el dinero directamente a Logo Logistics, sino a una empresa intermediaria, Triple A. La trama venía de mucho antes, del momento en que tras abandonar Sandline International en el año 2000, la compañía de mercenarios con la que había traficado con armas en Sierra Leona, Simon Mann, creó Logo Logistics, empresa con la que recaudaría el dinero necesario para llevar a cabo la operación en Guinea.
Así Mark Thatcher hizo un primer pago de 275 mil dólares el 6 de enero y otro de 250 mil el 16 de enero de 2004, apenas dos meses antes del golpe. Desde allí, cien mil dólares fueron transferidos a Simon Mann. La cantidad estimada para la operación alcanzaba los cinco millones de dólares. Eso incluía los pagos a los lobistas que en Washington intentarían vender a Severo Moto, quien debería de suceder a Obiang en el poder, vendiéndolo como la persona que terminaría con los abusos del dictador.
También implicaba el alquiler de los aviones, la compra de las armas y el sueldo de los 85 mercenarios que participarían en la operación. Por su parte Eli Calil, que había prometido 1,8 millones de dólares a Simon Mann, sufrió un importante revés cuando sus cuentas fueron congeladas por el gobierno francés tras el escándalo de sobornos en la negociación entre la empresa francesa TotalFinalElf (TFE) y el antiguo dictador nigeriano Sani Abacha.
Debido a este contratiempo, Eli Calil, sólo pudo dar a Mann 750 mil dólares. Eso sí, le pasó una lista de posibles inversores. Se trataba de un botín suculento, para el que no faltarían inversiones, al fin al cabo, controlar Guinea es controlar un país con grandes recuerdos petrolíferos a bajo coste de extracción, un dulce muy goloso.
También se presumía la implicación de David Hart, un antiguo asesor de la propia Margaret Thatcher, y de Gary Hersham, director de una inmobiliaria en Londres. Ninguno de estos presuntos implicados fue acusado formalmente.
Al fallar el intento de golpe, y salir a la luz los planes, Mark Thatcher puso en venta su casa, valorada en cuatro millones de dólares, e intentó abandonar Sudáfrica. Las fuerzas especiales lo detuvieron en agosto de 2004. En 2005 se declaró culpable de los cargos. Pagó una fianza millonaria y recibió una condena en suspensión de cuatro años. Mark Thatcher se convirtió desde aquellos acontecimientos en un personaje indeseable en Sudáfrica e incómodo para la reputación de su madre Margaret y de su hermana Carol, residentes en Londres.
Después de un breve paso por Mónaco, Mark Thatcher buscó poder ser residente fiscal en Gibraltar, otro de esos paraísos fiscales. Su ex mujer, norteamericana lo abandonó, pidió el divorcio y regresó a Texas. En el Peñón de Gibraltar se casó en 2008, en el mayor de los secretos y sin la presencia de su familia o de sus dos hijos, con Sara Russell, hermana del vizconde Rothermere y con quien comparte la propiedad del grupo periodístico que reúne a los tabloides británicos “The Daily Mail” y “The Mail on Sunday”. “Esta es una cuestión que ya ha sido juzgada”, comentó acerca del golpe de estado, Mark Thatcher, antes de partir en su luna de miel con su nueva esposa.
En los últimos días a vuelto a mostrarse en publico a raíz del fallecimiento de su madre, agradeciendo las nuestras de condolencias y es probable que esté presente en los actos del sepelio de los restos mortales de la que fuera la Dama de Hierro.