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Urbanismo utópico subterráneo (1911-2030)

El urbanismo utópico subterráneo existe desde principios del siglo pasado. A medida que la población mundial se vuelve abrumadoramente urbana, las ciudades del futuro tendrán una necesidad más acuciante de encontrar formas creativas y sostenibles de usar menos espacio. Aunque muchas ideas están todavía en fase de diseño, parece inevitable que los rascacielos subterráneos y las ciudades bajo las ciudades sigan creciendo en popularidad y como alternativa viable.

Urbanismo utópico subterráneo

Urbanismo utópico subterráneo para la adaptación del esquema urbano tradicional a la era del transporte (1911) de Eugène Hérnard o su reinterpratación moderna en Moscú.

Urbanismo utópico subterráneo
Urbanismo utópico subterráneo

Los «rascatierras» es un tipo de edificio «alto» que se excavaría en el suelo de la misma manera que los rascacielos se elevan. Las grandes ciudades están saturadas de gente debido a una segunda gran ola de migraciones desde pueblos más pequeños. Esto significa que la presión sobre el medio ambiente está aumentando, y el espacio a compartir es cada vez más pequeño. (1931)

Urbanismo utópico subterráneo

Y en el futuro cercano (2030).

Urbanismo utópico subterráneo

En breve, casi 100 años después, el futuro de la vida subterránea podría dar un giro de 180 grados a la vida urbana vertical. Los arquitectos han desarrollado varios planes para profundos rascacielos subterráneos, también llamados “rascasuelos”. Existe una propuesta en Ciudad de México que tendría una profundidad de 300 metros, y su forma de pirámide invertida permitiría la entrada de luz exterior. Imagínese una ciudad compuesta por muchos de estos edificios.

Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s

Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s
Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s

Shigeru Komatsuzaki: Ilustraciones de anticipación científica de los 70’s

Shigeru Komatsuzaki nació en 1915 en Tokio y es una de las figuras más prolíficas de la ciencia ficción en Japón desde los años 50 hasta su muerte en 2001.

Ya casi de pequeño quiso aprender pintura tradicional japonesa (Nihon-ga), llegando incluso a ser discípulo de un importante pintor. A finales de los años 30, empezó a trabajar como ilustrador para algunas revistas infantiles, y pronto empezó a destacar dibujando todo tipo de máquinas y vehículos.

Su primer trabajo publicado, ‘Shirogitsune Kidan‘ (‘El misterio del zorro blanco‘) fue creado cuando era un adolescente antes de que lo reclutaran para dibujar hardware mecánico para una revista llamada ‘Kikaika‘ durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de la guerra, escribió e ilustró una serie de libros destinados a lectores adultos jóvenes como ‘Daini no Sekai‘ (‘Segundo mundo‘) y ‘Kaitei Ōkoku‘ (‘Reino submarino‘), mientras que también trabajó como diseñador de arte y producción en varios libros japoneses. películas como ‘Chikyū Bōeigun‘ («Los misterianos«) (1957) Ishiro Honda y ‘Uchū Daisensō’ (‘Batalla en el espacio exterior‘) (1959) Ishiro Honda, por nombrar algunas.

En los años 60 y 70, destacó como ilustrador en un campo peculiar: el de las cajas de maquetas de plástico (para las empresas Tamiya, Imai Kagaku o Nittō Kagaku), un nuevo juguete que causó furor entre los niños. Así, nuestro autor terminó siendo conocido por el apodo “hit maker” (hacedor de éxitos), ya que sus evocadoras ilustraciones en las cajas contribuían a hacer que las maquetas que contenían se vendieran mucho mejor.

En las décadas siguientes, pese a su avanzada edad, Komatsuzaki siguió trabajando como ilustrador para cajas de maquetas, portadas de discos, etcétera. Creando grandes ilustraciones para varias compañías de modelos que crearon kits militares, Gundams y, sobre todo, para Thunderbirds y otras propiedades de Gerry Anderson como Captain Scarlet, Joe 90 y UFO.

Su último trabajo ilustrativo publicado fue para un CD de Metal Gear Solid: Sons of Liberty y, lamentablemente, en 1995 el último de sus archivos creativos fue destruido en un incendio que destruyó su hogar. 

Pero se dice que él dijo que “no pasa nada, será tan fácil como dibujar más” y siguió trabajando hasta su muerte en diciembre de 2001, a los 86 años de edad.

Komatsuzaki falleció el 7 de diciembre de 2001 y es muy considerado por la mayoría de los escritores japoneses de ciencia ficción y cómics como uno de los hombres más influyentes del género.

Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 

Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 
Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 

Tehnika Moledezhi, la revista soviética de divulgación científica. 

Debido a la avanzada cultura de la sociedad soviética, la juventud entre, otras inquietudes científicas, intentaban imaginar y plasmar lo que sería su país, la Unión Soviética del siglo XXI. En la década de los 70, los pioneros ilustraron su trabajo en cientos de publicaciones dedicadas a la ciencia, arte y tecnología, entre las que destacaba “Tehnika Molodezhi” (Техника — молодёжи) (Técnica para la juventud).

Tehnika Molodezhi era una revista mensual de divulgación científica fundada en 1933, se encargaba de saciar las inquietudes de los jóvenes rusos durante la época, contando con una tirada de medio millón de ejemplares. Cada mes, las cubiertas de Tehnika Molodezhi se llenaban de potentes ilustraciones que mostraban diseños futuristas, estaciones espaciales imaginarias y propuestas futuristas, que hacían soñar sobre las posibilidades del futuro.

En su interior, también había espacio para la fantasía. Según el libro Transformations: the story of the science fiction magazines from 1950 to 1970, la publicación solía sacar capítulos de libros de ciencia ficción. A veces incluso de autores de occidente como Arthur Clarke. A finales de los 70, algunos cosmonautas llegaron a comentar sobre la existencia de OVNIS en la revista, según el libro de Paul Stonehill, Expediente Soviet UFO

“A lo largo de la historia del programa espacial de Unión Soviética, sus cosmonautas observaron fenómenos extraños e interesantes. Incluso llegaron a hablar de eso en algunas ocasiones. Vladimir Lyakhov comentó una vez un fenómeno muy extraño que observó desde su nave espacial al mirar hacia la Tierra: dos olas gigantes ascendieron desde las aguas del océano Índico y se estrellaron entre sí”.

Tampoco faltaban referencias a su rival estadounidense “Popular Science”, alejado del triunfalismo y enfrentamientos que se vivía en las esferas políticas. En este artículo la revista norteamericana cita un artículo de la revista rusa para hablar de aviación. En este otro, un lector señala que Tehnika Molodezhi ha utilizado algunas imágenes y textos de Popular Science.

JJOO de Tokio 2020

Lo de los JJOO de Tokio 2020 se lleva sabiendo desde hace mucho, mucho tiempo. Aunque, eso sí, se mantenía oculto entre las páginas de un manga que todos conocéis: Akira, de Katsuhiro Otomo.

En la obra se mencionan Los Juegos Olímpicos de 2020 de (eso sí) Neo-Tokio, construyéndose para la ocasión el Estadio Olímpico de Neo Tokio, que aparece tanto en el manga como en la película de anime. Y esperemos que en la realidad la cosa se quede ahí, ya que Otomo nos muestra que estos Juegos Olímpicos tienen lugar después de la III Guerra Mundial.

Akira (アキラ) es un manga original creado por Katsuhiro Otomo. Comenzó a publicarse el 20 de diciembre de 1982 en las páginas interiores de la revista japonesa Young Magazine. Su finalización tuvo lugar casi ocho años después, el 25 de junio de 1990. La obra al completo puede encontrarse repartida en un total de seis volúmenes, siendo Norma Editorial la propietaria de su distribución en España. La historia nos lleva a una realidad alternativa, un futuro apocalíptico de estilo ciberpunk donde las ciudades se reconstruyen tras una terrible explosión que desencadenó una guerra nuclear y acabó con las grandes ciudades del planeta. En aquella realidad, la megalópolis de Neo-Tokio se encuentra erigida sobre las ruinas de la antigua Tokio, un lugar opresivo e inhumano atizado por problemas sociales como el desempleo, el terrorismo, la droga y la violencia. Aprovechando esta situación de caos que lleva a los ciudadanos a la insatisfacción, las sectas religiosas y grupos extremistas cultivan el mito de Akira, un niño cobaya depositario de la energía absoluta. Dicen de él que, si logra resucitar, significaría para Japón el amanecer de una nueva era. El manga dio origen a una película de animación homónima producida en 1988. Esta tuvo lugar varios años antes de la finalización del manga, por lo que no abarca la totalidad de este último. No obstante, eso no ha evitado que, a nivel internacional, ambos trabajos sean reconocidos como grandes clásicos de indispensable visionado y lectura.

A Brief History of Robot Birds

 

A Brief History of Robot Birds

Our recent post on the history of the cuckoo clock inspired some research into other examples of early, non-timekeeping robot birds. For centuries, birds–pigeons and canaries in particular–have been a popular subject for inventors and engineers experimenting with early mechanical systems and robotics. Take, for example, Bubo, the ancient clockwork owl seen in the 1981 film Clash of The Titans. Bubo was forged by Hephaestus to aid Perseus in his quest and Bubo was, of course, purely fictional. There were however, actual avian automatons in actual ancient Greece.

The earliest example dates to 350 B.C.E. when the mathematician Archytas of Tarentum, who some credit with inventing the science of mechanics, is said to have created a mechanical wooden dove capable of flapping its wings and flying up to 200 meters, powered by some sort of compressed air or internal steam engine. Archytas’ invention is often cited as the first robot, and, in light of recent technological advancements, perhaps we could even consider it to be the first drone; the very first machine capable of autonomous flight. Very few details are actually known about the ancient mechanical dove, but it seems likely that it was connected to a cable and flew with the help of a pulley and counterweight. This early wind-up bird was chronicled a few hundred years later in the pages of a scientific text by a mathematician, Hero of Alexandria. – Continue reading at Smithsonian.com.

Image: Bubo the robotic owl from the 1981 film Clash of the Titans.