Mes: mayo 2012

The history of summer camp

 

The history of summer camp is way more political than you realize.

America’s first private camps started in the 1870s, at the end of the country’s first wave of mass urbanization — the idea being to give overstimulated urban children a chance to commune with nature. As Dr. Joseph Trimble Rothrock, founder of a private summer camp for boys in 1876 near Wilkes-Barre, Pa., put it, the idea was to take “weakly boys out into camp life in the woods … so that the pursuit of health could be combined with the practical knowledge outside the usual academic lines.” For the privilege, he charged youths from Philadelphia and Wilkes-Barre $200 for four months of “physical culture.” And for “tired young women wearing out their lives in an almost endless drudgery for wages that admit no thought of rest or recreation,” there was the first Young Women’s Christian Association camp, offered during the summer of 1874. In an illustration of the common gender stereotypes of the time, the first women’s camp was offered not in the woods, but at a boarding house in Asbury Park, N.J., and called “Sea Rest.”

US President James K. Polk spoke before Congress

 

On May 11, 1846, US President James K. Polk spoke before Congress, urging the country’s legislators to declare war on neighboring Mexico:

…Mexico has passed the boundary of the United States, has invaded our territory and shed American blood upon the American soil. She has proclaimed that hostilities have commenced, and that the two nations are now at war.

As war exists, and, notwithstanding all our efforts to avoid it, exists by the act of Mexico herself, we are called upon by every consideration of duty and patriotism to vindicate with decision the honor, the rights, and the interests of our country…

In further vindication of our rights and defense of our territory, I invoke the prompt action of Congress to recognize the existence of the war, and to place at the disposition of the Executive the means of prosecuting the war with vigor, and thus hastening the restoration of peace… .

The United States would officially declare war on Mexico two days later. The Mexican-American war, which would go on to cost Mexico much of its northern territory, had begun.

Doctor Who Theme

For years, I thought I was the only one that sang along to the semi-melodious tones of things like scanners, printers, and floppy drives. The recent glut of floppy drive music proves I was wrong, and this latest video featuring the Doctor Who theme song played by eight drives is a real high-water mark. Maybe its the weird techno-y feel, or the ancient technology resurrected, but it just seems to work.

Lugares donde he estado: El Puente de Carlos

 

Charles Bridge, photo by V.Musil, 60’s

El Puente de Carlos (en checo Karlův most) es el puente más viejo de Praga, y atraviesa el río Moldava de la Ciudad Vieja a la Ciudad Pequeña. Es el segundo puente más antiguo existente en la República Checa.

Su construcción comenzó en 1357 con el visto bueno del Rey Carlos IV, y fue finalizado a principios del siglo XV. Dado que en ese entonces constituía la única forma de atravesar el río, el Puente de Carlos se transformó en la vía de comunicación más importante entre la Ciudad Vieja, el Castillo de Praga y las zonas adyacentes hasta 1841. El puente fue también una conexión importante para el comercio entre Europa Oriental y Occidental.

Originalmente, esta vía de comunicación fue llamada el Puente de Piedra (Kamenný most) y el Puente de Praga (Pražský most), pero lleva su denominación actual desde 1870.

The Nazi Origins of the Olympic Flame Relay

The Nazi Origins of the Olympic Flame Relay

The Nazi Origins of the Olympic Flame Relay

The 1936 Berlin Summer Olympics were to be, according to Arnd Krüger and William J. Murray’s history of “The Nazi Games,” a means of furthering Hitler’s ethnic and nationalist messages, a tool of Nazi soft power. Few aspects of the bizarre and highly political ‘36 games exemplified Hitler’s propaganda mission better than the Olympic torch relay and ceremony. Though propagandists portrayed the torch relay as ancient tradition stretching back to the original Greek competitions, the event was in fact a Nazi invention, one typical of the Reich’s love of flashy ceremonies and historical allusions to the old empires. And it’s a tradition we still continue today, with this morning’s lighting of the flame in Olympia, the birthplace of the original games circa 776 B.C., from which it will be carried by a series of relay runners to the site of the games, in this case London.

Read more. [Image: AP]

The Battle of Ponte Novu

 

Pascal Paoli à la bataille de Ponte Novu (1769)

 

The Battle of Ponte Novu took place on May 8 and 9 1769 between royal French forces under the Comte de Vaux, a seasoned professional soldier with an expert on mountain warfare on his staff, and the native Corsicans. It was the battle that effectively ended the fourteen year-old Corsican Republic and opened the way to annexation by France the following year.

The Corsican commander-in-chief, Pascal Paoli, was trying to raise troops in the vicinity but was not present in person. He trusted the defence to his second-in-command, Salicetti. His forces included a company of Corsican women under a female captain named Serpentini.

Ponte Novu is a Genovese bridge over the Golo River in north central Corsica in Castello-di-Rostino commune. The battle opened the route through the rugged mountains to the Corsican capital of Corte. The battle is important as it marked the end of the Corsican War and paved the way for the incorporation of Corsica into France.

Breve Historia Desconocida: AltaVista, el eslabón perdido

A las nuevas generaciones de informáticos es posible que no les suene AltaVista y que sólo les suene la empresa DEC (acrónimo de Digital Equipment Corporation) como un fabricante de grandes máquinas que se perdió por el paleolítico de la informática. DEC fue una compañía que prácticamente inventó el mercado de los miniordenadores, máquinas mucho menos potentes y pretenciosas que los grandes sistemas de la época pero también muchísimo más económicas y con menos requisitos.

Este mercado, el de los miniordenadores, fue desarrollándose y creciendo, convirtiendo a DEC en la segunda mitad de los 80 en la empresa número 2 en el mundo de la informática (y aquí hablamos de informática en general, tanto software como hardware).

Breve historia desconocida: AltaVista, el eslabón perdido.

Sin embargo, los 80 vinieron con cambios muy profundos y todo el ecosistema empresarial dio un vuelco ante los nuevos paradigmas y modelos de negocio. Hubo empresas que se adaptaron muy bien (por ejemplo, HP), otras que sufrieron mucho para adaptarse pero que finalmente se transformaron, como IBM, y otras que no supieron adaptarse y con los años fueron empequeñeciendo hasta finalmente desaparecer. Como en el caso de DEC.

La situación de DEC a mediados de los años 90 era un tanto peliaguda. Llevaba ya un par de años sin generar beneficios (sus últimos resultados en 1995 eran de 2.000 millones de pérdidas). Sin embargo, tenían varias tecnologías en su haber que podían dar un vuelco a su situación. Una de ellas era su procesador Alpha. Estos procesadores estaban a años luz en cuanto a tecnología y rendimiento de sus equivalentes x86 y eran en general netamente superiores a sus competidores de Sun o Sillicon Graphics.

Sin embargo, DEC había sido una empresa toda su historia de miniordenadores, por lo que no había sabido aprovechar las ventajas del procesador Alpha (de hecho, llegó a retrasar 18 meses su lanzamiento al mercado por el simple motivo de que un microprocesador, por muy avanzado que fuera, sonaba a ordenador personal o como mucho a estación de trabajo. DEC hacía miniordenadores, no máquinas unipersonales).

Sin embargo, había un proyecto interno que sí podía aprovecharse del gran rendimiento y las posibilidades de los 64 bits del procesador Alpha (sí, seguimos en 1995). Dicho proyecto consistía en, utilizando el enorme ancho de banda que tenía DEC disponible para la época, recorrerse la World Wide Web completamente y crear un índice que podría consultarse en cualquier momento.

Su nombre era AltaVista, y aunque a mediados de los 90 sólo era un proyecto interno, y por lo tanto sólo utilizado desde la intranet de DEC, todos aquellos de la empresa que lo utilizaban estaban enamorados de él. ¿Qué tenía de especial AltaVista? Visto con los ojos de 2012, poca cosa, principalmente porque tanto Google como Bing hacen lo mismo. Pero recordemos que hablamos de 1995, Google aún no existía y a Bing le quedaba más de una década para nacer, así que vamos a ver cómo estaba la situación en aquellos entonces.

El principal sitio web a mediados de los 90 era, sin lugar a dudas, Yahoo. Sin embargo, Yahoo no era un buscador, sino que simplemente era un directorio. ¿Qué significa eso? Pues que no había un spider que analizara la web buscando nuevos enlaces e incluyéndolos en un índice ponderado que posteriormente se podría consultar sino que simplemente era un listado de sitios webs almacenados. Sí, como unas páginas amarillas o un listín telefónico. Para entender el éxito de Yahoo, hay que comprender que antes de que este existiera si querías acceder a algún recurso vía web tenías que saber la dirección del mismo o la de algún sitio que lo enlazase.

Sí había, en cambio, proyectos de crear buscadores. La mayoría de ellos eran proyectos con recursos muy limitados o con objetivos no especialmente ambiciosos. Por ejemplo, había buscadores que sólo procesaban los títulos de las webs y no su contenido, o algunos que sí analizaban los contenidos, pero claro, para poder abarcar toda la web (unos 18.000 sitios a principios de 1995) se necesitaba mucho ancho de banda y también bastante potencia de proceso, pues si no al terminar de procesar todos los sitios web el resultado no serviría de nada por la naturaleza tan cambiante de la misma.

También, por supuesto, era necesario crear un interfaz adecuado para interactuar con todo el sistema para realizar las búsquedas, y la mayoría de los buscadores “puros” de la época eran bastante crípticos (en algunos había que conectarse por telnet y aprenderse unos cuantos comandos para poder realizar una consulta).

AltaVista había solucionado todos esos problemas de los buscadores previos a ella. Contaban con el inmenso (para la época) ancho de banda de DEC, contaban con un potente procesador y varias unidades procesando en paralelo toda la información recogida por los spiders (de forma que el índice no quedaba rápidamente obsoleto) y ofrecían también una interfaz muy limpia para la época. Así que en 1996 DEC consintió en abrir públicamente su firewall para convertir en público el servicio AltaVista. Como toda empresa, el objetivo último de este movimiento era el de ganar dinero, pero… ¿cómo pretendía DEC ganarlo?

Esta es la parte donde se demuestra que lo importante no es tener la tecnología adecuada sino el saber qué hacer con ella. Si no la tienes siempre existe la posibilidad de que la puedes comprar o por lo menos licenciar, pero si la tienes y no sabes qué hacer con ella, se malogrará de mala manera.

Pues este fue el problema de DEC. Para la cúpula de DEC (no para los responsables del proyecto AltaVista), el buscador era una gran oportunidad de conseguir buena publicidad positiva… para poder vender ordenadores equipados con procesadores Alpha. Es decir, para ellos AltaVista no era más que una demo pública de lo genial que era su hardware. ¿Eran ciegos los directivos de DEC? Sí, pero porque el mundo estaba lleno de ciegos por aquellos entonces. Cuando en 1996 Compaq compró a DEC, el monto de la operación fue de unos $9.600 millones, de los cuales, en concepto de la adquisición de AltaVista, se pagó $0.

¿Pudo, pese a la ceguera de sus empresas matrices, AltaVista haberse convertido en Google antes de que Google siquiera hubiera existido? La tecnología estaba ahí, pero no el modelo de negocio. Cuando AltaVista se hizo pública, la mentalidad de la época era captar internautas y mantenerlos dentro todo el tiempo posible. La moda en aquel momento era crear portales donde se aglutinaran todos los servicios que un usuario pudiera necesitar de tal forma que permaneciera siempre dentro del portal.

Estos servicios iban desde el correo electrónico a información del tiempo, noticias, chats y decenas de servicios diversos. Pese a que en AltaVista había quienes abogaban por mantener lo más limpio y sencillo AltaVista, es decir, centrarse en la tecnología de buscador y consultas, triunfó la visión más “tradicional” de crear un portal grande y pesado cargado de multitud de servicios.

¿Y qué fue finalmente de AltaVista? Compaq la vendió a CMGI en junio de 1999 por $2.300 millones, la cual quiso sacarla a bolsa al año siguiente. Sin embargo, la burbuja de las “punto com” ya había estallado, por lo que se interrumpió la salida a bolsa. En el 2003, CMGI vendió el portal AltaVista a Overture Services, Inc por $140 millones. Hoy en día, AltaVista sigue operativa en www.altavista.com, pero como un actor menor sin ninguna importancia dentro del mundo de los buscadores webs.

@WormHolePro

Breve Historia Desconocida: Brandán el Navegante

Brandán el Navegante (Ciarraight Luachra, Irlanda, c. 484 – Enachduin, c. 578), en irlandés Breandán, o Brendán, también llamado Brandano, Barandán o Borondón, fue uno de los grandes monjes evangelizadores irlandeses del siglo VI. Abad del monasterio de Clonfert (Galway, Irlanda) que fundó en el 558 ó 564, fue protagonista de uno de los relatos de viajes medievales más famosos de la cultura gaélica medieval, relatado en la Navigatio Sancti Brandani, una obra que fue redactada en torno a los siglos X-XI.

En las islas Canarias aún persiste una leyenda popular de una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos que fue bautizada como isla de San Borondón. Según los “testigos” que dicen haber visto la isla normalmente la sitúan en extremo occidental del archipiélago, entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.

Hay relatos desde siglos que narran la aparición de dicha isla, de la visión por muchos testigos y de su posterior desaparición, mientras otras personas atribuyen la extraña aparición debido a alguna acumulación de nubes en el horizonte o a un fenómeno de espejismo.

La leyenda de San Borondón llegó a adquirir tal fuerza en Canarias que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizaron expediciones de exploración para descubrirla y conquistarla. Incluso Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo del siglo XVI

Breve Historia Desconocida: Operación Algeciras

En 1982 con el conflicto por las islas Malvinas (Falklands Islands) desatado, la Armada Argentina evaluó y ejecutó operaciones de inteligencia para conocer los movimientos de la Flota Inglesa y de distracción para dificultar el despliegue de su fuerzas hacia el Atlántico Sur. Entre otras operaciones, se planificó atacar un objetivo inglés en Europa, con la idea de mostrarle a la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y a sus integrantes en Europa, los riesgos de tener a una parte importante de la flota de la OTAN (la Inglesa), operando tan lejos de sus apostaderos habituales.

Un comando secreto de la Marina Argentina, llegó a España con la misión de sabotear la Base Británica de Gibraltar con minas submarinas recibidas por valija diplomática a través de la Embajada Argentina en Madrid. Estos sucesos tienen lugar siendo en España Presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo. La “Operación Algeciras” fue aprobada por el Almirante argentino Jorge Isaac Anaya, a la sazón mentor de la recuperación del archipiélago malvinense, quien la guardó en secreto a la mayor parte de sus camaradas. El comando estaba formado por 3 hombres, dos montoneros, especialistas en buceo, y un oficial de enlace argentino.

Estuvieron supervisando el tráfico naval británico alrededor de Gibraltar, preparándose para atacar un navío inglés, de la mayor categoría posible y para aumentar el impacto del incidente, este debía ser un buque de guerra, evitando así, además, posibles condenas internacionales por atacar un navío civil. Cuando un blanco de interés se hubiera puesto a tiro en la zona de Gibraltar, el comando de buzos argentinos tenía que actuar y colocar unas minas submarinas de fabricación italiana.

En cuanto a la elección de la base naval inglesa, no era factible una en el Reino Unido, ya que unos argentinos deambulando en sus proximidades levantarían demasiadas sospechas, por lo que se encontró como aceptable la base naval ubicada dentro de la colonia inglesa del territorio español de Gibraltar, en proximidades del puerto español de Algeciras. Además, la elección de ésta ofrecía la ventaja de un entorno mucho más favorable al operar el comando desde España, un país donde no tendrían problemas de idioma y llamarían mucho menos la atención. Según Anaya si la “Operación Algeciras” tenía éxito, nadie culparía a la Argentina: “Todos sospecharían de los enemigos de la OTAN, la Unión Soviética y sus aliados de la cortina de hierro, los islámicos del Líbano, o del Coronel Gadafi” presidente de Libia. Pese a esto, con esta operación, Argentina pudo implicar a España en el conflicto de las Malvinas, justo en el momento que España era finalmente aceptada como miembro pleno de la OTAN.

El Almirante Anaya confió la planificación de la operación y el armado del grupo comando al Contralmirante Girling, quien designó al mando al Capitán de Corbeta Infante de Marina y Buzo Táctico Hector Rosales, junto a tres guerrilleros ex Montoneros, Máximo Nicoletti, Antonio Nelson Latorre alias “el Pelado Diego”y otro experimentado alias “el Marciano”, todos con experiencia en buceo, además el hecho de ser antiguos guerrilleros y no miembros de las fuerzas armadas argentinas, en caso de ser descubiertos, el gobierno Argentino podría negar cualquier relación con ellos.

Conformado el grupo comando, se diseñó la operación Algeciras cuyo plan era trasladarse y montar la base en la ciudad portuaria española de Algeciras, ya que dada su cercanía geográfica, era la localización ideal. Allí pasarían por inofensivos turistas, aficionados a la pesca, teniendo así una excusa para pasar horas en su embarcación pescando, y analizar cuidadosamente los movimientos dentro de la base naval inglesa de Gibraltar. Para hundir el blanco seleccionado, se recurriría a tres minas magnéticas de fabricación Italiana cada una con 25 kilogramos de Trotyl, en la planificación se había desechado las minas magnéticas de fabricación argentina para eliminar toda pista del origen del atacante. El problema de introducirlas en España se solucionó recurriendo al sistema de la valija diplomática de la embajada argentina. Desde el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, se enviaron vía aérea las tres minas magnéticas disimuladas dentro de una boya marítima, dirigida a la embajada argentina en Madrid, evitándose así cualquier intromisión aduanera. Conocido el plan y ajustados lo detalles, el grupo comando destacó la acción planeada por el mando naval: “La decisión de Anaya es una de las más revolucionarias que se tomaron en la Argentina, porque íbamos a atacar a la OTAN, a Estados Unidos; atacar en Europa era una decisión muy pesada, había que rescatarla desde ese punto de vista. Lo más importante era que mostraba hasta dónde quería llegar la Armada en su enfrentamiento con Inglaterra”. “Era una operación para llegar, ejecutarla en dos días e irse”.

Finalizada la planificación y la organización logística de la operación, solo restaba iniciarla, a partir del 24 de Abril del 82 el grupo de cuatro buzos tácticos viajó hacia Europa desde el Aeropuerto de Ezeiza en dos vuelos de Aerolíneas Argentinas diferentes, el Capitán Rosales y El Marciano volaron directamente a Madrid, en cambio Nicoletti y Latorre partieron hacía París, donde transbordarían de vuelo para llegar a Málaga y luego por tierra a Madrid. El grupo de Latorre y Nicoletti, en lo que se supone que debía ser una mera escala en París, tuvo el primer contratiempo. Para desvincular totalmente la operación con el gobierno argentino, se recurrió a pasaportes falsificados. Estos fueron confeccionados por otro ex-montonero, Víctor Basterra, aunque los talentos del falsificador eran muy respetados, todo indica que en este trabajo no se habría alcanzado la calidad suficiente. Cuando llegaron a la capital francesa, oficiales de inteligencia sospecharon de los argentinos, los pasaportes falsos llamaron la atención, no parecían totalmente auténticos y la cooperación francesa hacia Inglaterra había comenzado, todos los argentinos arribados eran verificados especialmente. Luego de demorarlos un buen rato, se resolvió dejarlos continuar viaje. Aunque el incidente no pasó a mayores, siempre quedó la sospecha de que la inteligencia francesa pudo haber alertado a los servicios ingleses y españoles sobre la presencia de los argentinos.

Una vez en España, se hospedaron en un hotel en Estepona. Tras unos días empleados en preparar el terreno y observar el entorno, se dirigieron a Madrid donde pasaron unos días y se encontraron con Rosales y el Marciano. Tras ello se dirigieron a la oficina del Agregado Naval Argentino en Madrid, que ya había recibido las minas magnéticas italianas desde la embajada. El comando tenía que transportar en un largo viaje de más de 550 kilómetros los 75 kilogramos de alto explosivo en forma de minas submarinas, que además eran bastante voluminosas (60 centímetros de diámetro). En aquel año se celebraría el mundial de fútbol en España 82 y las autoridades españolas temían por la concreción de un atentado de la banda terrorista ETA, por lo que se había incrementado la seguridad y por ende los controles policiales en todas las carreteras. En ese ambiente especial de inteligencia y contraterrorismo debía moverse el grupo comando argentino, sin la información previa de la que sí disponían para otros blancos. Para moverse por España, el capitán Rosales había alquilado dos autos en Madrid y Nicoletti uno en Málaga. Para evitar ser descubiertos habían decidido hacer el traslado en silencio sin usar las radios para no ser detectados en el trayecto, en cambio para superar los controles carreteros, el grupo estableció un sistema de viaje seguro, el primer automóvil hacía las veces de vigía seguido por el segundo a 10 minutos de distancia y finalmente el tercero, en el cual se transportaban camufladas las minas, a otros 20 minutos. El viaje de Madrid hasta Algeciras se desarrolló sin incidentes y allí se alojaron en un hotel. Para moverse por la costa compraron en el Corte Inglés un bote inflable a motor y que posteriormente usarían para realizar el minado del objetivo. En sus salidas de pesca, en las que se movían con total libertad por la zona, comprobaron que las medidas de seguridad eran bastante escasas y por tanto estimaron que la operación era finalmente realizable.

El primer objetivo que cumplía parte de los requisitos (buque militar ingles importante) era un pequeño minador atracado en puerto, pero por un lado se trataba de un objetivo bastante modesto, y por otro, en aquellos momentos, Argentina buscaba una solución diplomática al conflicto, que habría fracasado en el momento que se produjese el ataque a la base inglesa; la mediación del Presidente Peruano Dr. Fernando Belaunde Terry, estaba muy avanzada y había alcanzado un gran consenso en la comunidad internacional.

Es por esto que a pesar de la llegada a puerto de otros posibles objetivos que sí cumplían los requisitos planificados, como un destructor ingles y algunos buques logísticos, siempre que el comando solicitaba permiso para ejecutar la operación, éste le era denegado desde Buenos Aires. Todo cambió cuando a las 16:01 del 2 de Mayo el Crucero ARA “General Belgrano” de la Armada Argentina fue torpedeado y hundido por el Submarino atómico ingles HMS “Conqueror” encontrándose fuera del área de exclusión establecida por Reino Unido, sin ser un riego para la flota inglesa y alejándose de la zona del conflicto navegando a baja velocidad, lo que cumplió con la meta política inglesa de destruir cualquier posibilidad de solución pacífica y obligar a la argentina a meterse en una guerra. Al no haber vuelta atrás y quedando claro el fracaso de la vía diplomática, el 3 de Mayo Anaya dio luz verde al Capitán Rosales para atacar al primer blanco que cumpliera los requisitos, a partir de ese momento, el primer barco militar inglés que entrase en Gibraltar sería minado. Tras el visto bueno para la operación, llegó a la base de Gibraltar la Fragata HMS “Ariadne” que se convirtió en el objetivo. La noche del lunes 8 de Mayo, la fragata entró en el puerto y se fijó para la noche del 9 el ataque en caso de que continuase ahí.

El 10 de Mayo por la mañana, el Capitán Rosales y Latorre fueron a renovar el alquiler de los coches que, con tantos retrasos en obtener la luz verde para la operación, se había vencido el día anterior y era necesario para garantizar la huida sin problemas en los controles ruteros, mientras que Nicoletti y El Marciano permanecerían durmiendo para estar descansados para la noche del ataque ya que les tocaba el trabajo más duro al tener que bucear un tramo prolongado. Para pagar el alquiler utilizó dinero en efectivo, pagaban en dólares americanos en los establecimientos españoles. En Argentina era normal que la gente pagara tanto en dólares como en pesos, pero en España nadie pagaba en dólares, sino en pesetas, en aquella época aunque en estos casos es habitual pagar con tarjeta de crédito, y la policía española andaba tras la pista de unos argentinos y uruguayos presuntos planificadores y ejecutores de un asalto a un banco local, así que, tras haber pagado en efectivo al alquilar el primer coche en su llegada a España, la policía solicitó a la empresa de alquiler que les avisasen si volvían por sus oficinas, y así lo hicieron la mañana del 10 de Mayo, donde finalmente detuvieron a Rosales y a Latorre, luego, 4 agentes despertaron a Nicoletti y al Marciano a las 12:30 mientras aún descansaban en el hotel.

En la detención solo participaron efectivos españoles, los que propinaron un trato ejemplar a los argentinos. Cuando la policía española detuvo a los argentinos, estos trataron de continuar la operación a cualquier precio. Fue por eso que el capitán de la operación pidió hablar a solas con el comisario, con quien tuvo la siguiente conversación: «Soy el capitán Fernández, de la Armada Argentina, y estoy en una misión secreta. Desde este momento me considero prisionero de guerra y no diré una palabra más”. “Si tú eres marino argentino, yo soy sobrino del Papa” le contestó risueño el comisario y ordenó a la policía que detuviera a los otros dos argentinos que esperaban en el hotel en el pueblo de San Roque.

Cuando los miembros de la operación fueron capturados se dieron cuenta de que el trámite de detención se iba a demorar mucho, por lo que les pidieron a los policías almorzar con ellos. Según relataron los mismos miembros de la operación; “Fue un almuerzo muy divertido, los policías españoles lamentaban que este hecho hubiera llegado a sus superiores, y de no haber sido así, los hubiesen dejado libres”, recuerdan los miembros de la operación. Posteriormente al almuerzo, el capitán y los ex guerrilleros miembros de esta operación fueron transportados por tierra hasta Málaga, donde en aquellos momentos se encontraba en el presidente del gobierno español, Leopoldo Calvo Sotelo, quien regresaba a Madrid, tras un mitin de la UCD, ya que se encontraba en la zona en plena gira de campaña electoral, y que para evitar cualquier fuga de información y que el asunto trascendiese más, ordenó desembarcar la custodia de su avión, embarcar a los 4 argentinos y a otros 4 efectivos policiales y despegar inmediatamente rumbo a Madrid. Eso fue a las cuatro de la tarde, poco más de 3 horas tras la detención. Una vez en la capital, salieron desde el aeropuerto de Barajas rumbo a las Islas Canarias acompañados de la policía, donde hacían escala para su destino final, Buenos Aires, viaje que ya harían los cuatro buzos argentinos, solos hasta Ezeiza. Para salir de España, utilizaron los mismos pasaportes falsos con los que entraron.

El incidente se saldó a satisfacción de todos: los argentinos porque, aunque no lograron su objetivo, preocuparon seriamente a sus enemigos y no se vieron envueltos en ningún escándalo internacional; los españoles evitaron problemas con sus recién estrenados socios en la OTAN sin tener que enfrentarse con sus hermanos latinoamericanos, y los ingleses, felices también porque que no se produjo el atentado y evitaron un papelón militar.

Con esto finalizaba la “Operación Algeciras”, quedando en el aire grandes incógnitas como ¿qué fue lo que puso tras la pista del grupo comando a la policía española? y más importante aún, si Anaya estaba acertado en su planteamiento de atacar a la Marina Británica en Europa, con la posibilidad de dejar a España muy complicada con sus aliados de la OTAN? y ¿cuál hubiera sido la reacción de Inglaterra al mostrarse vulnerable en su territorio?, de lo que no hay dudas, es que militarmente, hubiera sido un golpe magistral al corazón británico. Las razones por la cual esta operación no pudo ser llevada a cabo son muchas, se dice que si el grupo hubiese sido provisto de un mapa militar en lugar de un mapa turístico, hubieran llevado pasaportes falsificados de buena calidad (no como los que llevaron, que ya generaron sospechas en Francia, primer destino de los miembros de la operación), y hubiera utilizado tarjetas de crédito en lugar de dinero en efectivo, la historia hubiera tenido otro desenlace.

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