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WormJammers: El por qué de las cosas

WormJammers: El por qué de las cosas.

Un nuevo día daba comienzo, para Cryw no era más que otro día en su existencia. Un día, que como anteriores, no sabría aprovechar, no desearía vivirlo. Pues la vida para él era una continua niñez, un nuevo renacer a cada día. Y cada día que pasaba era un paso más en ese círculo vicioso en el que se había convertido la vida para Cryw.

Al abrir los ojos se encontraba en la oscura habitación en donde vivía, una mísera habitación de unos pocos metros cuadrados que para Cryw le eran más que suficientes. La habitación completamente sumida en sombras lo acogía cada mañana, y desde que se despertaba hasta que por fin se decidía por hacer algo, se podía pasar horas y horas pensando. Por su vieja mente pasaban numerosas ideas, pero en lo que principalmente se debatía era en que estado iba abandonar su lecho. Pero aquel día, a diferencia de los anteriores, no contó con un elemento inesperado en la que era la ecuación de cada día.

La pesada puerta de la habitación cedió bajo el fuerte golpe que le propinó con una pierna izquierda. La puerta hizo su recorrido hasta estallar contra el muro, astillándose en mil y un pedazos. Cryw no tuvo más remedio que mirar hacía la entrada, al mismo tiempo que su cuerpo que ponía en guardia, sintiendo como sus tejidos se alineaban en conjunción perfecta en su propio ser.

Ante él, ocupando la totalidad del marco de la puerta, se hallaba un hombre alto y robusto por igual. Su cabeza sobrepasaba el marco, por ello en el momento en que avanzó un paso hacía la habitación tuvo agachar la cabeza. La luz entrante impedía la perfecta definición del rostro del extraño, pero los motivos al entrar de aquella manera, no eran muy difíciles de adivinar.

Sin que a Cryw le diera tiempo a reaccionar, aquel gigantesco hombre se dirigió a Cryw con voz fuerte, profunda y cargada de un odio seco:

– Acata mis órdenes sin resistencia.

Cryw no podía reaccionar, aquel hombre estaba a menos de dos pasos de ‚l, como si de una montaña se tratase, por un momento no se atrevió a realizar gesto alguno, solo con su mirada buscaba algo, que en aquel momento se le antojaba de vital importancia.

Su mirada se fijó en dos barras de metal, de no más de veinte centímetros de largo cada unas, pero de gran grosor, fabricadas en un material plateado brillante. Estas barras se encontraban en un banco a pocos pasos del camastro donde él se encontraba. Volvió la mirada hacía su atacante, los ojos de este brillaban de una forma muy extraña, como de un color rojizo cargado de odio. Cryw recorrió la habitación con la mirada hasta la barras de metal, los vivos ojos del recién llegado siguieron a los ojos de Cryw. A la misma vez que este alargaba el cuerpo para llegar hacía las barras, el atacante levantó su fornido brazo derecho señalando a Cryw.

A la velocidad de un pensamiento, sin que Cryw descubriera que, y antes de que este llegase a las armas algo le golpeó. De la palma de la mano, como si de una serpiente se trata, dos cadenas de frío metal, cubiertas de la propia sangre de su dueño se alargaron hacia Cryw. Eslabón a eslabón fueron saliendo de la carne de la palma de la mano, como instantes antes había aparecido al exterior de la parte superior del antebrazo y de similar manera a como emergió a la superficie de entre la carne del antebrazo volvió a sumergirse en la carne que rodeaba a la muñeca. Como si de un gusano entre la tierra se tratara, recorría en interior de la carne hasta aparecer por la palma de la mano. Esta doble cadena surcó el aire tan velozmente como el pensamiento cruza la mente, como si de un relámpago se tratase. Las dos gruesas picas, puntiagudas, que tenía en su extremo cruzaron el aire tan fríamente como entraron en la carne de Cryw. Se clavaron a la altura del corazón. De la poderosa fuerza que la movían, el cuerpo inerte de Cryw fue arrojado contra la pared, como un frío trozo de carne muerta. La fuerza de la doble cadena era tanta que incluso el grueso muro no pudo impedir su avance, destrozándolo en mil grietas. Entonces la doble cadena se detuvo en seco, tan súbitamente como había empezado a moverse, lo que hacia menos de un segundo había estado totalmente tensado ahora no era más que un flácido trozo de metal cubierto tanto de sangre como de un líquido viscoso plateado.

«Un pozo tan oscuro como la noche se abre ante mí, tan profundo que no llegas a ver el fondo, ni tan siquiera puedes ver la luz de la entrada. Así es mi vida, caer por un pozo. Lo peor de todo es que tengo que vivir, llevo tanto tiempo viviendo que he olvidado el momento en que empecé‚ en todo esto. No pertenezco a este mundo, quizá s nunca pertenecí, pero no lo recuerdo. Solo sé que permanezco en pie mientras los demás caen unos tras otros, y eso me hace pensar, me hacer sentirme fuera de aquí, preguntándome por qué razón permanezco en este mundo. Intento buscar un por qué.

«¿Por qué?… ¡¿Por qué?!»

El cuerpo de Cryw estaba pegado a la pared, no había señal alguna de que aún pudiera conservar ni un atisbo de vida. En su pecho desnudo dos amplios agujeros, atravesados por la gruesa cadena, señalaba el lugar por donde esta había entrado.

La cadena volvió a tensarse, volvía en moverse pero en este caso en sentido contrario al anterior, se deslizaba a través del muro hacía el cuerpo de Cryw, y de este caía por el suelo a la vez que el brazo derecho de aquel hombre descendía hasta unirse a cuerpo. Durante todo este movimiento la cadena continuaba saliendo de la palma de la mano, sin que su dueño hiciera mueca alguna de dolor.

– Venga. – susurro para sí mismo.

– Venga. – alzó algo más la voz.

-¡Venga!

¡Levántate maldito!

– Eras tú, no podía haberme equivocado, él nunca se hubiera equivocado.

– ¡Levántate! – lanzó al aire con un grito de rabia. Como si aquellas palabras tuvieran un poder oculto, como si indujesen un ansia de vida, los ojos de Cryw. Mirando fijamente a los ojos de aquel hombre, mirando aquellos ojos castaños que recobraba la ilusión a la vez que Cryw iba recobrando la movilidad, la vida. Pues intentó levantarse, con gran esfuerzo por su parte pudo volver a incorporarse. Continuaba mirando fijamente los ojos de aquel hombre, interrogando por una simple cuestión.

– ¿Por qué me atacas, que te hecho? – preguntó a la vez que terminaba de incorporarse con la voz rasgada.

– ¿Es que debe haber alguna razón para él porque de las cosas? ¿Es que no se pueden realizar sin más, sin preguntas, sin intentar comprender por qué? –

– Maldito seas -, le contradijo severamente – Hay una pregunta que siempre machaca mi mente, y es: ¿Por qué está el mundo lleno de idiotas como tú?

– Mala suerte, creo que hoy no tendrás la respuesta. – le respondió irónicamente mientras llevaba su brazo derecho hasta su costado izquierdo.

Sin que a Cryw le diera tiempo reaccionar, aquel extraño hombre dio un fuerte mandoble con su brazo derecho, y como si la cadena fuese parte de ‚l, hizo esta el mismo recorrido, golpeando el pecho de Cryw con tal virulencia que lo seccionó de igual forma que lo hiciera una espada. Pero la cadena no se detuvo ahí sino que con una fuerza casi incontenible golpeó el muro tras el cuerpo de Cryw, haciéndolo caer por completo. Piedra a piedra, aquel muro quedo convertido en una montaña de escombros. Al faltar parte del apoyo la práctica totalidad del techo cayó hacía el suelo cubriendo por entero los restos diseccionados de Cryw.

La cadena ya sin fuerza cayó inerte sobre aquellos escombros mientras su dueño buscaba con la mirada los restos de Cryw. De similar manera a como apareció, la cadena fue introduciéndose en el brazo del hombre hasta que finalmente solo sobresalió las dos picas de los extremos por la palma de la mano.

– Sé que puedes levantarte, se que no puedes morir, ¡no debes! – hizo una pausa un instante, mientras volvía a examinar los escombros.

– Levántate álzate de entre los débiles y mortales, únete a los que como tú poseen el verdadero poder, el único poder como para liderar a los mortales. – volvió a decir al aire, pues nadie se encontraba cerca como para oír sus voces.

– No sé quiénes poseen ese verdadero poder del que hablas, solo sé que has agotado mi paciencia. Si quieres lucha, la tendrás. – dijo una voz, casi ahogada pero con gran fuerza.

De entre los escombros se alzó un una figura gelatinosa, deformada, sin rasgo alguno que la identificase. Una figura en constante movimiento, agitándose de forma incontrolada, como si no fuera más que una masa de barro, barro plateado en constante fluctuación. Ante la mirada de su atacante aquella masa acuosa plateada iba adoptando cada vez una figura más definida. Una figura de aspecto humanoide, aquel líquido plateado poco a poco iba dándole forma a lo que sería un hombre. Tanto brazos como piernas se separaban de resto, formándose como la constitución de un hombre, desarrollando unos abultados músculos. Seguidamente se fue definiendo el tórax al igual que la cabeza se redondeaba cada vez más. Aquella masa viscosa y acuosa formaba por completo la figura de un hombre, aunque de piel plateada, mediría casi tan alto como su rival y en anchura de espaldas podría decirse que lo superaba.

Lo único que no lo hacía asemejarse a un hombre era un rostro con unos rasgos totalmente desfigurados y la piel plateada. Pero en los instantes siguientes a la transformación, el rostro se moldeaba como si manos invisibles lo trabajasen, poco a poco se fueron definiendo tanto la boca como las cuencas oculares, poco después aparecieron la nariz, mejillas y las orejas. Por fin un rostro apareció en la cabeza, era un rostro de un hombre joven pero robusto como era en realidad su cuerpo.

Del cráneo plateado liso en unos pocos segundos aparecieron unos cabellos largo y de un color negro intenso, este cabello calló por la espalda hasta casi tocar el final de la misma. El hombre permaneció de pie casi sin inmutarse, observando como lo que en un principio era una masa viscosa deforme se fue transformando en el grueso y robusto hombre que tenía ante él.

– Veo que estas desarrollando todo tu potencial. Quizá ahora podamos a divertirnos. – le dijo mientras sonreía y alargaba en brazo derecho señalando hacía la figura recientemente formada.

Esta por su parte había cambiado el color de la piel así como la textura, pues esta pasó del plateado viscoso del líquido al marrón rosado suave de la carne.

– Amigo creo que no reirás tanto cuando hallamos acabado. –

Entonces firme mirando hacía su atacante, que le señalaba con el mortífero brazo derecho, alzó ambos brazos hasta la altura del rostro para que su contrincante observara como los antebrazos recuperaban el color plateado. En estado acuoso se estiraron hasta sobrepasar los cincuenta centímetros, adoptando la forma de la hoja de una espada, afilada a ambos lados, de resistente metal.

Con un grito ahogado se abalanzó contra el hombre que tenía enfrente. Este pareció no sorprenderse por la nueva transformación. Observando permaneció mientras se abalanzaba contra él, con las hojas afiladas brillando a la luz del temprano sol cortando el aire preparándose para saborear su carne.

Su brazo derecho continuaba señalando mientras su objetivo se abalanzaba contra él, con un rápido pensamiento la cadena surco el aire, desde la palma de la mano hasta atravesar el grueso pecho de su atacante. La cadena al entrar en el cuerpo hizo que este se inclinase, la cabeza se agachó hasta casi bajar al pecho, mientras el cuerpo era despedido hacía atrás junto con la cadena que continuaba estirándose. Tras el primer empuje consiguió mantener la verticalidad, los dos agujeros abiertos en su pecho se unieron hasta formar uno único, amplio, por el cual seguía atravesando la cadena. Casi de inmediato la hoja de su brazo derecho se transformo de nuevo en una mano que agarró las dos cadenas en el mismo puño. Con un movimiento lateral, abriendo gran parte de su pecho, consiguió dejar a su derecha la cadena, mientras su pecho volvía adoptar la anterior forma.

El dueño de la cadena haciendo un gesto de tirar hacía él intentaba recoger la cadena. Pero al observar a su rival, comprobó como la mano de éste ya no sujetaba ambas cadenas sino que su mano se había convertido una con la cadena. Estaba sujetando la cadena, mejor aún su mano se había unido a la cadena, estaba absorbiendo, tenia aún capacidad para absorber. Su rival estaba a tan sólo tres pasos de él. Atacó, manteniéndose en equilibrio con su pierna derecha levanto su compañera para golpear, pero lo que un inició parecía que iba a ser un golpe al aire se convirtió en un profundo corte en la pierna derecha de su rival. Había conseguido alargar la pierna hasta tocar a su rival, justo ante de golpearlo, como anteriormente hiciera con su mano derecha, la pierna se convirtió en una delgada y afilada hoja de metal que produjo un largo corte que sangraba abundantemente.

Al sentir el agudo dolor en su pierna derecha, con toda su voluntad consiguió mover de nuevo la cadena. Esta golpeo el pecho de quien la sujetaba, al estar este distraído no pudo esquivar el golpe. El fuerte golpe hizo que la cintura y pecho del hombre cedieran hacia atrás varios metros, trasformándose la piel en el liquido plateado viscoso, tanto las piernas como el resto del tórax y la cabeza permanecieron en su lugar, alineadas una encima de la otra.

Se preparó para lanzar un nuevo golpe contra su rival, que tras el golpe inicial aún no había conseguido recuperar su forma. La cadena voló de izquierda a derecha, cortando el aire, con un zumbido según se iba desplazando en el vacío. Cuando la cadena estuvo a pocos milímetros de golpear el cuerpo del hombre, este se desplomó por completo. Pero no como si un hombre cayera sobre tierra, sino que la forma humana pasó a adoptar una forma acuosa similar a la que poseía ante de la primera transformación, y al igual que cae el agua al ser arrojada de un cubo con gran fuerza, de esta misma forma se dejó caer contra el suelo formando un amplio charco de agua plateada. Sin que al dueño de la cadena le diera tiempo reaccionar, observó como el charco se desplazaba a gran velocidad hacía él. Cuando estuvo a menos de un paso de él, el agua plateada del charco comenzó a alzarse, fue adoptando el tórax de un hombre a la vez que alzaba ambos brazos.

A la altura de la cintura de su rival lanzó hacía delante el brazo derecho. El hombre lo miró con terror en los ojos. El brazo se fue acercando al estomago poco a poco, pero r pido como el relámpago, a la vez que se iba acercando, el brazo se iba transformando en una brillante y puntiagudamente afilada cuchilla, que empezó a atravesar el estomago. Milímetro a milímetro se internaba en el intestino de su rival, en un ángulo ascendente, rompía la columna vertebral apareciendo a medía espalda, abriendo la carne, forzándola a abrirse, expulsando al exterior carne y sangre. Totalmente cubierta de sangre, mientras de su extremo goteaba, permaneció la cuchilla apareciendo por la espalda del hombre. En el rostro del herido se reflejaban por igual dolor y terror, su boca permanecía abierta, expulsando sangre, que le caía por la comisura de los labios, los ojos totalmente abiertos como si observasen más allá de todas las cosa.

Por fin extrajo su brazo del estomago de aquel hombre, mientras el cuerpo caía. Él fue recomponiendo su cuerpo hasta volver a ser el un hombre robusto y en mayor o menor medida normal. Con esta forma abandonó el lugar en ruina, en medio de un gran charco de sangre bermeja permanecía el cuerpo de su rival tendido. En su brazo derecho permanecía fuera la cadena, que estaba totalmente extendida e inerte a través de los escombros.

Mientras, en la lejanía, Cryw se marchaba sin mirar a atrás. La cadena volvía a serpentear.

Publicado originalmente el 18 de enero de 2004 en WormHole CiFi.com
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Como un ángel con dos pistolas

» 21 a Sargento 68. Situación.

» Roger, 21. Sector controlado. Movimiento negativo, calma total. Cambio.

» 21 a 47. Análisis situación. Cambio.

» Roger 21. Scanner conectado, sistemas audio conectados. Identificación negativa. Cambio.

» Sargento 68 a 21. Sistema IAE detecta aproximación enemiga, sin registro visual. Cambio.

» Roger. Aquí 47. Sistemas audio detectan proximidad de ASH. El Scanner refleja 2 miembros ASH. Cambio.

» Roger. Sargento 68. Detecto DERA aproximándose a gran velocidad. Contacto visual en 5,89 segundos. Lo tengo en el visor. Espero ordenes. Cambio.

» 21 a Equipo. Activar sistemas de control. 4,54 segundo para contacto con DERA. Id por él y cuidado. Cierro.

Las sombras cubren las calles de una ciudad cualquiera en cualquier parte del mundo. La noche envuelve con su oscuridad la ciudad entera, solo iluminado por las miles de luces artificiales, que como estrellas iluminan las noches de la ciudad.

En una de esas calles pocos transitadas, caminaban dos jóvenes bajos las tenues luces de las farolas. Los dos jóvenes conversaban distendidamente.

– … la viste, viste a la rubia. Jo. Que pedazo tía. – decía uno al otro.

– Si la verdad, es que era muy guapa. – respondía el otro.

– Cómo que muy guapa, era sublime, ¿es que no vistes sus ojos? Menudos ojos tenía. Jo. Era precio… ¡Mierda, que coño es eso! – gritó señalando con el dedo hacía una masa de sombras, que al final de la calle se envolvía extendiéndose hacia ellos.

Con una rapidez inimaginable la sombra fue acercándose hacía los jóvenes, extendiendo filamentos de sombras tras los cuales desaparecía la ciudad. De entre el núcleo de sombras emergió un rostro mortecino, de rasgos negros y cadavéricos de mirada fija y oscura. Envolviendo a los dos jóvenes entre sombras en casi su entera totalidad.

– ¡Dita sea! Rápido ante de que los ASH sean absorbidos. – elevó una voz al aire.

Repetidas detonaciones tronaron en el aire. El cañón de un rifle escupía amplias andanadas de fuego que rasgaban el tejido de las sombras haciendo surgir de ellas a la ciudad y a los jóvenes, que estaban sumidos en un estado de éxtasis catatónica.

– Sargento 68, cubra el flanco derecho, no podemos dejar escapar al DERA. – gritó el cabecilla de un extraño comando compuesto por cuatro miembros.

– Entendido 21. Halla voy. – Tras ello corrió al extremo derecho de la calle mientras disparaba repetidas veces contra la sombra.

A medida que los impactos golpeaban la sombra, esta se iba replegando, absolviéndose por si misma. Una vez la sombra se hubo comprimido en si misma, en el centro de la calle apareció una gigantesca figura robusta, de aspecto humanóide. Con rostro humano, cadavérico, pero con rasgos reptilóides, y negros. Con una amplio pecho y cuatro gruesos brazos terminados en grandes manos de cuatro dedos con afiladas garras. En los tobillos le surgieron puntiagudos espolones y una larga cola terminada en un aguijón, como si de un escorpión se tratase.

Las armas seguían escupiendo su fuego, pero los proyectiles que arrojaban ya no producían daño alguno a la espantosa criatura.

– Es un DERA de segundo nivel. No le afectan los proyectiles convencionales, habrá que recurrir a las hojas a falta de armamento pesado. – gritó 21, a la vez que desenvainaba una larga katana de una vaina a su espalda..

Con un enorme salto 21 se precipitó sobre el demonio, este se defendía con las largas y afiladas garras de sus manos del ataque de su rival. Pese a todos los esfuerzos la espada de 21 segó al demonio de parte a parte. Las dos mitades del cuerpo cayeron al suelo, formando un amplio charco de un líquido viscoso e inestable.

– 47 analiza al DERA, y asegúrate de su total eliminación. – ordenó 21. – Sargento – continuó diciendo volviéndose a su otro compañero – analiza el estado de las ASH y asegura el perímetro. –

Tras ello se alejó de sus compañeros hacía un portal cercano, que daba a la calle, extrajo un cigarrillo y lo encendió dándole dos profundas caladas.

En el otro extremo de la calle los jóvenes se recuperaban del estado catatónico en el que se encontraba sumidos. Recuperaron la conciencia, y pronto recuperaron su capacidad de racionamiento, aunque estaban tremendamente asustados, sus miembros temblaban sin cesar, y un escalofrío les recorría el cuerpo de arriba abajo. Una mujer joven se acercó a ellos, era delgada y muy alta, de cabellos blancos con tonalidades azuladas, grandes ojos azules, carnosos labios de rojo color intenso, rosadas mejillas, angelical mirada y tierna sonrisa. Pese a su angelical aspecto vestía con botas altas, vaqueros ajustados de color grisáceo, chupa de cuero negro sobre una ajustada camiseta de color rojo intenso. Mitones de cuero negro en las manos, un cuchillo de hoja ancha y dentado en el muslo derecho, una dos katanas largas y de hoja estrecha en la espalda, un revolver de cañón ancho en el cinto, a la altura del estómago y un pesado fusil de combate en la mano derecha apuntando hacía el suelo.

La joven se agachó junto a los dos jóvenes que descansaba sentado en el bordillo de la acera y les dijo:

– ¿Estáis bien? – su voz era dulce y delicada, el cabello suelto caía sobre su inocente rostro y sus ojos lo miraba con un agradable calor.

– Sí, … sí, est… estamos bien. – consiguió balbucear uno de los jóvenes sin dejar de observar los ojos de ella.

– No os preocupéis pronto pasará todo, ahora sufrís un ligero dolor de cabeza y mareo a causa de un efecto residual de la neurona extirpadora del DERA, pronto pasara. – les mostró al terminar la frase una reconfortante sonrisa.

– ¿Qué… qué es un DERA? – preguntó tímidamente el más avispado de ellos.

– Un DERA es Demonio Espectral Recaudador de Almas, o sea en otras palabras un demonio que se desplaza hasta este nexo temporal en busca de almas que llevar a su amo. – respondió súbitamente a la pregunta el capitán del comando a la vez que terminaba de calar el cigarrillo.

– Demonios, no me jodas. – interrumpió el otro joven escéptico – ¿y vosotros me diréis que sois ángeles? – pregunto con ironía.

– No, somos MAD, – respondió 21 – estamos en este nexo temporal para cazar DERA, y así impedir que las fuerzas ACI sean superiores en números. –

– Disculpe señor. – volvió a preguntar el primer joven – ¿Qué son MAD y ACI? –

El hombre encendió un nuevo cigarrillo, mirando fijamente al joven con unos grandes ojos castaños y dejando escapar una ligera sonrisa.

– Nosotros somos MAD – dijo entonces – Miembros de Ángeles Divinos. –

– Sois ángeles de verdad. – interrumpió el joven algo sorprendido.

– En parte sí, somos una parte de los ángeles. –

– ¿Entonces por qué tenéis armas y fumáis como carreteros? – preguntó escéptico el otro joven.

– Estamos en una guerra, y para poder vencer necesitamos armas, además fumo porqué me gusta. – le respondió acercando su rostro al del joven y dejando escapar el humo del tabaco en plena nariz.

– Entonces los ACI, o como se llamen, son el diablo. – preguntó curioso el primer joven.

– Los ACI son, Almas Corrompidas Inevitablemente, son las almas que recogen los DERA y que las pervierte en el infierno. El Alto Corruptor de Almas las preparas para el juicio final, cuando ellos y nosotros no enfrentaremos por última vez ante del fin de los tiempos. Por ello si ahora impedimos que el número de ACI aumente, más probabilidad de victoria tendremos. – respondió la joven a esta pregunta.

– Entonces existe Dios, le habéis visto alguna vez. – preguntó de nuevo el joven con un brillo especial en los ojos.

– No, nunca lo hemos visto. – respondió el hombre. – Nosotros somos soldados y nunca le hemos llegado a ver, pero dicen que existe. –

– Oh venga ya 21 – le reprochó la joven – claro que existe, no sigas con tu absurda idea de que todo es un montaje, claro que existe vas a dudar de su palabra. –

– Oye, mira. Soy un soldado, arriesgo mi estúpido pellejo por esas paparruchas, o sea que tengo el puñetero derecho a planteármelo como crea, entiendes. – subiendo el pesado rifle hasta el hombro derecho se alejó de los dos joven y la mujer.

– Es un buen soldado, aunque a veces se comporta como un verdadero hijo puta. – se disculpó la joven mostrándole una tierna sonrisa.

– ¿No tenéis nombre, como los arcángeles? – preguntó de nuevo el joven cada vez más entusiasmado.

– Bueno – respondió la joven – todos nos llamamos MAD, y nos conocemos por un número identificativo, yo soy MAD 11. Él es MAD 21 – señaló al hombre que acababa de marcharse – y ellos dos son MAD 47 y el Sargento MAD 68. Somos miembros del tercer batallón GALEN. –

Mientras la joven continuaba hablando con los dos jóvenes a pocos pasos de ellos, MAD 47 le decía a 21:

– Señor, analizado residuo neuronal DERA. Conformado mapa genético total. Configurada base de datos y trasmitiendo a CIELO. No queda rastro alguno de existencia de vida en el residuo neuronal. Balance de daño operacional al comando 0% señor. Funcionamiento mecánico y biológico 100%. Todo preparado para salto temporal, apertura del campo de energía cuántica en 6,84 segundos señor. Partiremos cuando lo ordene.

– Gracias por el informe 47. – y mientras este se alejaba, se dirigió al otro hombre. –  Sargento informe del reconocimiento del perímetro.

– Señor, perímetro confirmado. Movimiento negativo, el IAE no ha detectado ningún movimiento de agentes sospechoso. El scanner a confirmado la falta de distorsión del campo cuántico.

– Señor – interrumpió 47 – 5,66 segundos para apertura de campo cuántico.

– Gracias. Señores – se dirigió a todos los presentes – reunión para la partida, de vuelta a CIELO.

Los tres miembros restantes se reunieron en torno a 21 y esperaron firme.

– El scanner registra distorsión en el campo de energía cuántica, portal abierto volvemos a casa.

Con un fogonazo de luz, los cuatro sujetos desaparecieron dejando la calle completamente vacía, solo las sorpresivas miradas de los dos jóvenes habían visto aquello.

– ¡Guau! – exclamo uno de ellos – Ángeles de verdad, vez como existían.

– Venga hombre, quien se cree eso, con esas armas y esas ropas. Seguro que era un grupo paramilitar, de esos que están todos tocados del tarro.

– ¿Cómo explica lo del ser de negro y la forma de marcharse?

– Por culpa de drogas, seguro que lanzan al aire drogas síquicas para dominar a la población, después aparecen ellos y hacen de buenos y de salvadores de una humanidad en peligro. A quien van a engañar. – los dos jóvenes volvieron a sus casas caminado lentamente sin decir palabra alguna, hasta que de nuevo el joven dijo: – Has visto a la tía, que cara, y que culo, seguro que es modelo, nunca había visto una tía con semejante culo, y esas tetas, estaba buenísima… la viste. Jo. Que pedazo tía. ¿Es qué no vistes sus ojos? Menudos ojos tenía. Jo. Que curvas, la verdad nunca había visto una tía como esas. La verdad es que tenía una cara de ángel.

                Publicado originalmente el 21 de enero de 2004 en WormHole CiFi.com

Rompehielos

Kann denn Liebe Sünden sein… la sintonía mientras las palabras de William Burroughs se desplazan desde el papel al cerebro… a golpe de Industrial. Los trazos de memoria se confunden, se mezclan… los huecos vacíos se rellenan sin saber de donde proceden esos recuerdos, el colapso espacio-temporal de la memoria. El dolor se difumina, se pierde… lo importante se vuelve banal, se olvidan los sentimientos y sólo perdura su recuerdo…

La fractura se desplaza sobre la superficie, für immer

Una línea de puntos suspensivos cortando las palabras, un viaje a Irlanda que nunca llega. El fin de una era, sin un próximo comienzo, y todo ello a través del Industrial. Aportes sin gracia, felinas con su propio Facebook, redes sociales capturando almas…. continuando, actualizando el perfil para decir que continuas vivo… Mareo de invocación.

Y un día al despertar, el mundo se habrá acabado, y ya no sabrás que hacer… Acompañado de soledad.
El tiempo corre sin sentido, escapando hacia adelante sin detenerse para mirar atrás. Y sentado lo ves diluirse, confundido con tu vida; oscuros hilos que se pierden ante cualquier intento para recuperarlos, y de fondo el tic-tac de un reloj. La sintonía de la vida.

Veneno de sol muerto fundiéndose en humo, Internet es como un padre, que sabes que siempre estará ahí. Internet te lo da todo, y te lo quita todo. ¿qué era de tu vida antes de Internet?

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Rompehielos – CC by-nc-sa 4.0 – Charles A.R. Byrne

Bahía Mala

La mañana se levantó fría en el estrecho. El viento de levante azotaba un día más sin compasión las frías aguas. Una gran y oscura nube llevaba ya varios días atrapada por El Hacho, ocultando la multitud de antenas situadas en la cima del peñón. Las olas bramaban contra la piedra de los acantilados, fuerte y constante, levantado nubes espumosas. El fuerte viento impedía navegar por el estrecho, los paines eran incapaces de levantar el vuelo sin ser arrastrados, y se encontraban posados en las laderas de la roca.

Fue extraño que nos convocara el máximo responsable de la base naval. Cuando llegamos ante su presencia, nos sorprendió que allí, junto al comandante, se encontraban dos coroneles con trajes oficiales, en donde resaltaban condecoraciones de orden al mérito. Inmediatamente nos pusieron al tanto de la situación; nos informaron que dentro de las veinticuatro horas anteriores, un submarino nuclear de la clase Trafalgar había entrado en aguas del Mediterráneo. A una distancia de doscientas millas náuticas una vez pasado Punta Europa, en la base de telecomunicaciones de la Royal Navy recibieron un S.O.S. proveniente del submarino. Despegó inmediatamente un caza que sobrevoló la zona desde donde se emitió el mensaje de auxilio. El piloto informó que no vio nada. Inmediatamente enviaron un equipo de salvamento marítimo a la zona, que informó que el submarino se había hundido en las aguas del Mediterráneo situándose a unas diez millas de profundidad. Nos comunicaron, que según cálculos, a la tripulación les debía de restar oxígeno para doce horas más como mucho, siempre y cuando no se hubieran abiertos vías en el casco; o existieran fugas del reactor. Razón ésta, por la que movilizaron inmediatamente a mi tripulación.

Cuando llegamos a las coordenadas facilitadas por el mando del Mediterráneo, frente a Punta Pasajes, nos extrañó no encontradnos ninguna baliza de señalización, y tampoco había en la zona ninguna otra embarcación de salvamento. La fuerte marejada estaba a punto de hacer zozobrar la embarcación antes de que los buceadores pudiéramos tirarnos al agua. Una vez establecido contacto visual deberíamos de utilizar el sumergible portátil. El fuerte oleaje, no aconsejaba la inmersión. Pero junto a la tripulación en nuestra embarcación viajaban uno de los dos coroneles, con un par de escoltas, ataviados con un completo equipo antirradiación. Y antes su insistencia tuvimos que arrojarnos al agua.

Las aguas estaban turbias debido al temporal de levante, apenas se podía ver algo, y la corriente producida por las olas dificultaba la inmersión. En la oscuridad de un mar revuelto observé la sombra del sumergible. Cual fue mi sorpresa, y por no decirlo, mi terror al observar aquello. Aquello era un disco de cristal completamente transparente de cuarenta pies de diámetro, a través del cual se podía observar el interior. La tripulación eran únicamente dos extraños humanoides, de piel verdosa, con grandes cráneos y ojos saltones que resaltaban en un rostro pequeño. No se movían, estaban atados por una especie de cintas plásticas a unos asientos ergonómicos muy extraños.

Estoy seguro que aquello no era un submarino de la Royal Navy, ni ningún otra embarcación en servicio, aquello era otra cosa; un ingenio que no había visto jamás. Cuando consiguieron emergerlo a la superficie, lo cargaron en un buque militar que rápidamente partió hacia la ensenada del puerto militar en la Bahía. Nadie nunca supo de la noticia, hoy en día, aquel objeto no identificado, permanece custodiado por un regimiento del ejército, y descansa en uno los hangares situados en las galerías excavadas bajo la gran roca de Gibraltar.

Fin

Puedes oír este relato en La Rosa de los Vientos – Onda Cero

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Bahía Mala – CC by-nc-sa 4.0 – Charles A.R. Byrne

WormHole Tiempo Perdido. Anatomía de un libro

Si tengo un blog, que mejor escaparate para que este para hacer un poco de publicidad, en este caso gratuita. En ésta ocasión os voy hablar de mi libro, como decía Paco Umbral y en este caso voy a hacer publicidad de WormHole Tiempo Perdido (Secuencia Ediciones).

La fecha de publicación fue el 23 de octubre de 2007, con una tirada en su primera y única edición de 500 ejemplares, un número más que aceptable, mas dado como estaba el mercado editorial durante aquellos años. Ahora con la aparición, y auge del libro electrónico, parece que la idea de mercado editorial parece moverse en otra dirección. Pero en aquellos ya lejanos años, la idea era publicar mucho y rápido.

Los libros no duraban más de dos semanas en los escaparates y no importaba, que ediciones se quedaran sin vender. Al fin al cabo lo que se vendía era lo que la gente oía o le contaban. El marketing estaba por encima de cualquier otro concepto literarios, y salvo sorpresa, todo estaba muy bien planificado. Eran los tiempos del Codigo DaVinci, y todo lo que oliera a templario y a misterio fantástico historio iba directo a la estantería de entrada de la librería junto a la registradora.

Así que por aquella época, y tampoco por esta, escribir libros de ciencia ficción no estaban de moda. Ahora la moda son vampiros y ángeles. Hace tiempo que la literatura de ciencia ficción ha ido perdiendo el interés, los grandes autores del género ya hace tiempo que están en el Valhalla disfrutando de su ración diaria de combates, de sangre e hidromiel. Y el abrupto y rápido cambio de esta sociedad ha convertido todo en mera prehistoria tecnológica. Pues en ese panorama decidí por fin publicar un libro de ciencia ficción.

El germen comenzó como un ejercicio para intentar abandonar la idea de escribir la enésima versión de El Señor de los Anillos (aunque Paollini siguió en sus treces fusilando las dos trilogías míticas) e intentar empezar algo más fresco y menos trillado. Lo que en un principio eran historias cortas de no más de ocho páginas conclusas, se fue convirtiendo en una sucesión de ellas que iban contando y creando un universo mitológico propio.

Quizás no se llega a apreciar en su totalidad en el libro, pero creé una gran biblia en donde se narraban momentos históricos, países y personajes. Que de alguna u otra forma iban apareciendo poco a poco en los relatos dotando de trasfondo a la ciudad protagonista. Porque al fin al cabo es un personaje más y a mi juicio creo que es el más importante de todos, porque es el que perdura y subyace en las historias de los personajes, una especie de Sin City pero en otro orden.

Reutilizando ciertos conceptos y personajes que ya existían del amago de mundo de fantasía que inicialmente intente crear, nació la base histórica y desde ahí se fue desarrollando las tramas que aparecen en el libro y que en un momento posterior deberían de mostrarse.

Porque ese es, quizás, el mayor defecto del libro que es sólo una parte de un conjunto mayor que debido a muchos impedimentos, quedó condensado en unas pocas páginas y a la espera de que alguna vez se publique algunas de las historias que continúan lo previamente narrado.

Esto es todo de momento, si ya se han leído WormHole Tiempo Perdido espero que estas líneas le sirvan para comprender un poco mejor su génesis. En caso de que no hayan tenido la oportunidad, les recomiendo que intenten hacerse con él y le den un vistazo… y si consiguen pasar del segundo capítulo puede que les guste.

Ya en otro momento continuaremos esta anatomía.

Charles A.R.Byrne
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Soy escritor

Soy escritor, pero sobre todo soy lector. Me gustan los libros, me gustan los comics, me gustan los juegos de mesa. Disfruto con el cine, escucho un poco de música y de cuando en cuando vivo un poco.

Cuando me presento nunca digo que soy escritor, comento que soy informático, que hago un poco de todo hago programación, diseño web, trabajo de community manager y hago mil y una chapuza con los ordenadores. Pero a pesar de eso soy escritor.

Este blog es un blog personal para ir subiendo todos aquellos trabajo que he ido publicando a lo largo de mi carrera y aquellos otros que he escrito y que me gustaría compartir con aquellos que estén interesados en leer mis textos. Es un largo paseo entre tiempo y realidades, entre textos y opiniones.

Escribo sobre ciencia ficción, sobre cine y sobre geopolítica. Quizás los temas que más me gustan o al menos que más disfruto escribiendo.

Cine culto para entender la sociedad rusa

“De todas las artes, para nosotros el cine es la más importante”, dijo Lenin en una ocasión, y tenía toda la razón. Los rusos imitaban a sus personajes favoritos del cine, se comportaban y se vestían como ellos, leían los mismos libros y escuchaban la misma música. Una lista con las películas de éxito que más influyeron en la mentalidad rusa.

1.Noche de carnaval (comedia musical, 1956, 49 millones de espectadores)

Mientras los empleados de un club de una ciudad soviética se preparan para la fiesta de fin de año, un viejo y ostentoso burócrata apellidado Ogurtsov intenta aguar la fiesta convirtiéndola en una aburrida conferencia. Ahora la trama resulta trivial, pero en 1956 era bastante innovadora. Tras la muerte de Stalin tres años antes, llegó una política conocida como el ‘deshielo’. Por fin se permitió cierta libertad de expresión a los directores y Noche de carnaval se convirtió en uno de los hitos de los nuevos tiempos. Ogurtsov pasó a ser el símbolo negativo de una época pasada, y es que la diversión era ya una parte importante de la mentalidad rusa.

Por primera vez desde 1930 los espectadores pudieron escuchar a una auténtica banda de jazz en una película soviética: en los años 40 y a principios de los 50 la música de jazz fue declarada ‘inapropiada’ por el gobierno y algunos cantantes fueron víctimas de la represión.

2.El sol blanco del desierto (western, 1970, 50 millones de espectadores).

Durante el estancamiento de la década de 1970, el pueblo soviético necesitaba urgentemente una figura heroica en la pantalla. El soldado del Ejército rojo Fiódor Sujov, protagonista de El sol blanco del desierto, apareció justo a tiempo. El director, Vladímir Motil, quería rodar un auténtico western soviético, y lo logró: creó una pieza muy discreta, conmovedora y profundamente patriótica. Al finalizar la guerra, Sujov emprende el camino de regreso a casa a través de un desierto asiático, donde se encuentra el harén del delincuente local Abdullah y decide proteger a las mujeres de ser asesinadas por su cruel marido. A lo largo de la película mueren muchos personajes, pero las honorables intenciones de Sujov siempre llegan a buen puerto. Sujov también es un héroe romántico: sueña con volver a ver a su amada esposa Katerina Matvéyeva, que simboliza el hogar y la propia Rusia.

La banda sonora de la película, compuesta por el famoso cantautor Bulat Okudzhava y el compositor de música de cine Isaak Shwartz, adquirió una gran popularidad, sobre todo una canción titulada «Su señoría doña Fortuna» (en ruso Vashe blagorodie gospozha Udacha) Sin embargo, los jefes del estudio no estaban conformes con la película y enviaron la cinta a montaje en varias ocasiones, cortaron algunas escenas e incluso se plantearon dejarla en el armario. Afortunadamente, el entonces líder soviético Leonid Brezhnev vio la película por casualidad, le encantó y ordenó que se estrenara.

3. Iván Vasílevich cambia de profesión (comedia y ciencia ficción, 1973, 60 millones de espectadores).

No hay nadie en el espacio postsoviético que no conozca a Leonid Gaidai, un director recordado por sus películas inspiradas de la gente más auténtica. Especialmente popular fue la trilogía cómica formada por Operación Y y otras aventuras de Shurik, La prisionera del Cáucaso e Iván Valílievich cambia de profesión.

En realidad, en lo que a la trama se refiere, no es ninguna trilogía, pero el estilo del director y el género sí que coinciden. En la primera película, el joven físico Shurik se echa novia y consigue su primer trabajo; en la segunda, viaja al Cáucaso, conoce a otra chica y la rescata de sus secuestradores; y en la tercera, basada en una obra de Bulgákov (el autor de la novela de culto «El maestro y Margarita»), el joven científico crea una máquina del tiempo que intercambia por error a Iván el Terrible con el aburrido oficial soviético Bunsha. La película es una típica comedia de situación, con malentendidos, gritos, carreras, caídas, etc., pero resulta muy ingeniosa y cuenta con magníficas canciones y momentos conmovedores. Muchas frases hechas actuales provienen de estas tres películas.

4. Nunca cambies el punto de encuentro (policíaca, series de TV, 1979, 80 millones de espectadores).

Esta serie de cinco capítulos cuenta la historia de dos detectives de Moscú a quienes, en 1946, se les encarga atrapar al bandido Gato Negro, un conocido ladrón y asesino. El joven policía Sharápov acaba de regresar de la Segunda Guerra Mundial y sigue siendo un hombre honesto y valiente, un romántico bastante ingenuo. Su jefe Zheglov es un personaje controvertido, capaz de cualquier cosa (rozando la ilegalidad) para conseguir sus propósitos. Su lema, tan pegadizo como para seguir usándose hasta nuestros días (incluso por el presidente Putin), era el siguiente: “El sitio de un ladrón está en la cárcel”. A pesar de la ambigüedad del personaje, el público sentía predilección por Zheglov, caracterizado por el ingenioso y carismático artista soviético Vladímir Visotski.

La tasa de criminalidad en la URSS se redujo drásticamente durante las cinco noches en que se emitió la serie, pues todo el mundo se quedó en casa viendo como Zheglov perseguía a las redes criminales.

5. Hermano (suspense, 1997, 146.000 espectadores en cine, millones de copias de VHS y DVD vendidas).

Esta película del director de culto Alexéi Balabánov se distingue de las otras de la lista porque simboliza una nueva era, la Rusia postsoviética. Gracias a su representación de Danila Bagrov, el protagonista de la serie, Serguéi Bodrov hijo se convirtió en el héroe de la nueva generación. Un exsoldado viaja a San Petersburgo para visitar a su hermano, quien le pide que mate a un jefe de la mafia; entonces se desata una vorágine de asesinatos y tiroteos. Esta película explota un tipo de personaje nuevo muy representativo de la Rusia de los años 90: el del delincuente honesto. El aspecto moral desaparece de la trama: Danila mata personas y tiene un comportamiento agresivo, pero también tiene su verdad y su propio código de honor, el cual queda recogido en estas palabras: “quien tiene la verdad tiene la fuerza”.

En el año 2000 apareció la secuela Hermano 2. En esta ocasión Danila viaja a EE UU y se enfrenta a numerosos problemas para descubrir que ningún país es mejor que Rusia, mientras que su hermano, atraído por el sueño americano, decide quedarse en EE UU. Además, la música despierta el lado más emocional del personaje, en especial su grupo favorito, Nautilus Pompilius, cuyas canciones se incluyen en la banda sonora. La música es como un faro en medio de este océano de violencia.

Anastasía Gorbátova