Para mí, lo que la gente escribe es como un peso colocado en el suelo. Me basta con acercarme y decidir si seré o no capaz de levantarlo. Si seré capaz de traspasar ese límite. […] Todo se reduce al estilo. Una generación se diferencia de otra por algo tan simple como esto: si en una época se escribe ‘La mañana olía a rosas’, los escritores de la siguiente generación ¡le dan la vuelta! Y resulta algo como ‘La mañana olía a meados’, pero el truco es el mismo, eso no varía. La innovación no es eso”.
Stanislaw Lem