Al Borde del Spoiler: Nebo zovyot (1959) Mikhail Karyukov y Aleksandr Kozyr
Recortes y remiendos
En plena época de guerra fría, Roger Corman, siempre buscando producto para alimentar los drive-ins de EE UU, no se negaba a trabajar con cineastas soviéticos cuyas pelis le interesaran. Corman comprobó como algunas de estas películas tenían buenas escenas de efectos especiales, superiores incluso a los filmes americanos. Otro cantar era el argumento de las películas y el lento, lentísimo ritmo que tradicionalmente otorgaban los directores rusos a sus películas. Pero para eso tenía Corman a gente como un joven Francis Ford Coppola: para apañar el producto y reconvertirlo en algo más potable para los paladares yanquis. Lo primero que hizo Coppola no fue cambiar los papeles, no: ¿cómo iba a haber una misión norteamericana sin banderitas por todos los lados, empezando por los uniformes?
Así que se inventó una absurda historia en la que los dos bloques enfrentados son… ¡los dos hemisferios! Así es, en el futuro, todo el hemisferio norte está aliado bajo una ideología, sucediendo lo mismo con el hemisferio sur. Y atención… ¡que los buenos son los del sur! ¿De dónde serían, siendo todos blancos? ¿Argentina?¿Australia? ¿Sudáfrica? Desde luego Coppola se lo debió de pasar muy bien ideando semejantes disparates.
El argumento siguió siendo más o menos el mundo, aunque Coppola reescribió el guion, cortando escenas enteras y reduciendo el metraje de casi dos horas a poco más que unos 75 minutos. Pero faltaba algo. A pesar de que ahora la película había sido “aligerada” quitando diálogos y el porcentaje de acción y efectos especiales había subido, le hacía falta un pequeño empuje para hacer el clímax de la película más interesante. Así que Corman dio a Coppola un pequeño presupuesto para rodar algunas nuevas escenas que aumentaran el interés y la emoción. ¿Qué mejor que añadir unos monstruos? Porque todo mejora con monstruos. Y si son en forma de vagina, mejor. La película se terminó estrenando en 1962 como “Battle Beyond the Sun” (Batalla más allá del sol).
La película original se llamaba “Nebo zovyot”, dirigida en 1955 por Mikhail Karzhukov y Aleksandr Kozyr. En ella un periodista, fanático de la exploración cósmica, especula cómo será el futuro. En una estación espacial una nave rusa está pendiente de iniciar el primer vuelo tripulado a Marte, cuando reciben la visita de un célebre astronauta y deportista estadounidense. Al enterarse los norteamericanos de los planes soviéticos hacen que su proyecto se adelante drásticamente para ser los primeros en llegar.
«Nebo zovyot» (1959) [que se podría traducir como “El cielo cae”] gozó de dos directores. Por un lado Mikhail Karzhukov, autor de otro clásico del género como es “Mechte navstrechu” (1963), que co-dirigió con Otar Koberidze que gozaría de otro famoso remontaje norteamericano producido nuevamente por Roger Corman, “Queen of Blood” (Planeta sangriento, 1966), de Curtis Harrington. Y por otro lado Aleksandr Kozyr, del que solo conocemos su labor como productor asociado de una versión de “La madre” de Gorki» en 1956, así como su trabajo de director de producción en el clásico “Podvig razvedchika” (1948), de Boris Barnet.
Es un film muy característico de su tiempo, que refleja el enfrentamiento entre ambos ejes. Así, los norteamericanos son representados como unos capitalistas que ponen el éxito de una misión por encima del riesgo; la escena en la cual se ofrecen imágenes de un Nueva York luminoso con un noticiario que saca rendimiento publicitario de la misión a Marte parece casi paródica. Los rusos, por su parte, aparecen como concienzudos trabajadores, repletos de compañerismo y buen humor, que sacrificarán su misión por salvar la vida a los inconscientes yanquis. Al final, en todo caso, todo se articula por conformar un mensaje de unidad y camaradería ante la labor de la conquista espacial.
Pero por encima mismo de su condición de “film de mensaje”, “Nebo zovyot” es una muy atractiva cinta de ciencia ficción, que parece creada un tanto a remolque de la norteamericana “La conquista del espacio” (Conquest of Space, 1955), producción de George Pal con dirección de Byron Haskin, con la cual comparte determinados esquemas argumentales, como es la nave que se dirige a la estación espacial, y la consiguiente misión con destino a Marte.
La hermosa fotografía de Nikolai Kulchitsky, conformada en su mayoría a base de tonos ocres, se ve violentada en ocasiones con abruptos estallidos de rojos y verdes en las escenas de tensión. Los directores, además, se apoyan en crear atmósferas por medio de las sombras, componiendo imágenes de una gran belleza. Los estupendos efectos especiales y el hermoso diseño de producción aportan un aura hipnótico a una cinta de ciencia ficción “realista”, y donde, como se dijo, el mensaje de hermandad universal en forjar nuestro destino hacia el Cosmos es el más importante de sus objetivos.
El resultado de toda la manipulación del joven Coppola, en cambio, es una película mediocre y absurda, que mutila la obra original y termina aburriendo, a pesar de sus 75 minutos, precisamente lo que se quería evitar con el remontaje. Mejor suerte tuvieron otros remontajes de filmes soviéticos como la celebrada “Queen of Blood”, que utilizaba, sencillamente, escenas de efectos especiales de otra película y construía un argumento original. En todo caso, lo de Roger Corman era una muestra de “la pela es la pela”, exenta de todo tipo de agenda política: siempre estuvo más que dispuesto en reutilizar y remontar sus propios films para dar salida a producto barato.