Breve Historia Desconocida: 3D – Un recorrido por la tercera dimensión.
Vamos a hacer un pequeño repaso a la historia esta tecnología, que dicen ha salvado el cine de la lacra de la piratería, y a servido para inflar las recaudaciones en taquillas para los grandes estudios. Parece que el 3D llego de la mano de James Cameron y su Avatar (2009). Pero no es totalmente así.
Gracias a la invención de la estereoscopía (1838), William Friese-Green realizó en 1899, los primeros experimentos de cine en 3D. Patentó el primer sistema cinematográfico en 3D, y se convirtió en pionero, pero no tuvo éxito debido a lo complejo del mecanismo.
El siguiente paso dado por Frederick Eugene Ives llegó diez años después, 1900, con su cámara de dos lentes, que no tuvo tampoco ninguna repercusión práctica. También experimentaron en 1915 con 3D, sin éxito, Edwin S. Porter y William E. Waden, que se basaban en imágenes de un sistema de separación de imágenes basada en los colores rojo y verde, donde cada color era «leído» por sólo uno de los ojos, gracias a unas gafas con cristales rojo y verde.
La primera proyección con ese sistema fue el 10 de junio de 1915, en el Teatro Astor, de New York. Se proyectaron tres cortometrajes, uno de escenas rurales, una selección de escenas de la película Jim the Penman (El rey de la estafa, 1915), película de cinco rollos de la Famous Players, con John Mason y Margerite Leslie, dirigida por Hugh Ford y Edwin S. Porter, y un documental sobre las cataratas del Niágara. El experimento fue un fracaso, porque las imágenes se difuminaban bastante y los asistentes a la función acababan con dolores de cabeza.
El 27 de septiembre de 1922, en el Ambassador Hotel, fue cuando llegó la primera película en 3D a las salas comerciales de Los Ángeles. La Perfect Pictures presentó Power of Love (El que ella quiere, 1922), dirigido por Nat C. Deverich y protagonizado por Elliott Sparling, Barbara Bedford y Noah Beery (padre), sobre un capitán de navío en California. El productor Harry K. Fairall y el cámara Robert F. Elder, para lograr el efecto tridimensional, utilizaron la doble proyección a partir de 2 tiras de película y, de nuevo, separando la imagen mediante los colores rojo y verde, proyectada con los lentes anaglifos (cartón rojo y azul).
Ese mismo año, se estrenó Radiomanía (1930), de R. William Neill, con Grant Mitchell, Margaret Irving y Gertrude Hillman, sobre un un inventor que logra hacer contacto con Marte a través de un sistema de televisión.
En 1934, tras la gran depresión que frenó también los experimentos en 3D, Metro Golden Mayer realizó algunos cortos y Louis Lumière presentó el remake tridimensional de su película Llegada del tren, rodada con una cámara estereoscópica.
La primera película hablada en tres dimensiones fue una película italiana, Nozze vagabonde (Bodas vagabundas, 1936) realizada por Guido Brignone, interpretada por Leda Gloria, Maurizio D’Ancora y Ermes Zacconi. El director de fotografía fue Anchise Brizzi.
En 1938 comenzaron a experimentar los rusos con su Stereokino, un sistema en relieve sin gafas coloreadas, que tuvo su primera demostración pública en enero de 1941. En 1946 se estrenó Robinzon Kruzo (1941), de Aleksandr Andriyevsky, primer largometraje en 3D, sonoro y en color, protagonizado por Pavel Kadochnikov e Y. Lyubimov, utilizando el Stereokino de S.P. Ivanov. Los espectadores tenían la sensación de estar ellos mismos en medio de la selva, entre pájaros y monos salvajes que les rozaban la cabeza. Se proyectaba sobre una pantalla de metal, con unas aristas que reflejaban dos imágenes separadas, una para el ojo derecho y otra para el izquierdo, dando la sensación de relieve.
Arch Oboler, un guionista, novelista, productor y director, creó el primer largometraje estereoscópico en color, a partir de película y filtros Polaroid, Bwana Devil, Bwana, (El diablo de la selva, 1952), una película que a pesar de sus fallos de sincronización fue un éxito de taquilla. Era una cinta de aventuras en la que una de sus más espectaculares secuencias, un león daba la impresión de atacar a la audiencia.
Durante 1953 se estrenaron 27 películas en 3D, siendo seguidas por otras 16 al año siguiente. Norman Mc Laren, en 1951, en Londres, presentó dibujos animados en relieve.
Tras años de investigación en 1953 Warner Bros estrenó House of wax, (Los crímenes del Museo de cera, 1953), el primer largometraje en 3D con sonido estereofónico, dirigida por André de Toth, que nunca llegó a ver el efecto tridimensional pues solamente tenía un ojo. La película fue protagonizada por Vincent Price, Phyllis Kirk, Frank Lovejoy, Carolyn Jones y Paul Cavanagh. Vincent Price es el actor que más veces actuó en cine en relieve, pues además protagonizó The Mad Magician (1954), Dangerous Mission (1954) y Son of Sinbad (1955).
La primera película que se exhibió en Cinemascope y tres dimensiones fue September Storm, (Un Septiembre Borrascoso, 1960), dirigida por Byron Haskin e interpretada por Joanne Dru, Mark Stevens y Robert Strauss. Se realizaron a partir de esta numerosas películas, casi todas ella del género de cine de terror.
Arch Oboler, creó el sistema Space-Vision 3D, en el que las dos imágenes que antes debían reproducirse cada una en un proyector, se superponían en una sola cinta de celuloide, por lo que era suficiente con un solo proyector al que se le insertó una lente especial. Realizó el largometraje The Bubble (1963), sobre una invasión fantástica a la Tierra, muy bien acogido por el público aunque mal por la crítica.
En 1970, la marca Stereo-Vision desarrolló otro sistema, las imágenes eran comprimidas una al lado de la otra sobre una misma tira de película de 35 mm. y proyectadas mediante una lente anamórfica a través de filtros Polaroid. Con este sistema se eliminaba el peligro de la desincronización.
Con este formato se produjo la comedia erótica, con desnudos, The Stewardesses (1969), de Al Silliman Jr., protagonizada por Christina Hart, Michael Garrett y Paula Erikson, siendo la película en relieve más rentable, tal fue su éxito económico que la reeditaron en gran formato. Al Silliman colaboró años más tarde en Tiburón 3-D (1983), de Joe Alves.
Por fin, volvemos a James Cameron, quien editó en formato 3D-IMAX, en 2003, Ghosts of the Abyss, (Misterios del Titanic, 2003). Fue el primer largometraje en editarse con el sistema «Reality camera», con formato HDTV en lugar de película.